“Los errores del porvenir son la consecuencia de un presente que no supo aprender del pasado”
En el teatro Border de la ciudad de Buenos Aires podemos disfrutar por estos días de la brillante adaptación de “La Tentación”. La obra, que por primera vez fuera llevada a las tablas en 2007, regresó a la cartelera porteña convertida en un clásico de las últimas temporadas. Una pieza que involucra acciones, convicciones e ideales que describen las esferas del poder político y trazan connotaciones con el presente. Un material escrito para el hoy, pero cuyas coordenadas nos retrotraen a casi doscientos años. El teatro cumplirá por siempre el vital rol de hacernos reflexionar, y es así como los actores Raúl Rizzo y Pablo Shinji, el director Santiago Doria y el autor Pacho O’Donnell, se suman a esta charla con Kranear, en la que evalúan las urgencias cruciales que atraviesa un país de cara a un año electoral.
Raúl, ¿qué sensaciones te despierta formar parte de esta obra tantos años después de haber participado de su estreno en 2007?
La convicción y también el placer que me da hacerla. Es muy necesario que el público la vea sobre todo este año donde se juega el futuro de este país.
Pablo, ¿cómo llegaste a La Tentación y qué significa para tu trayectoria representar tan emblemático personaje?
Llegué en el 2008 cómo asistente y productor, organizando las giras. Por ese entonces, el papel de Dorrego estaba encarnado por Juan Palomino. En el 2016, Juan no pudo continuar por compromisos laborales y es allí cuando reestrenamos. Es un gran desafío representar un personaje de tal magnitud debido que no es un personaje más, sino que, es un héroe nacional, uno de los héroes que forjaron nuestro país.
Raúl, ¿qué virtudes convierten a “La Tentación” en una obra relevante y necesaria para comprender nuestra historia como nación?
Es una editorial poética de los episodios de aquellos años con una equivalencia en nuestros días, notable.
Santiago, la obra recrea un diálogo imaginario entre dos hombres de poder, contraponiendo conveniencias y convicciones. ¿Qué tan necesario resulta el ingrediente humorístico en dicho intercambio?
Es un ingrediente que aporta teatralidad, porque humaniza a los personajes y ameniza el relato histórico.
Pablo, ¿estás de acuerdo en que los poderosos escriben la historia de los pueblos?
Por supuesto que no. Como sabemos la historia oficial siempre fue escrita por ellos, los poderosos, al tener el control de los medios de comunicación. La historia debería ser la realidad, ya que, con bases firmes en la historia, podríamos tener certezas firmes. Además, no olvidemos nunca que la memoria hace que vivamos el presente con claridad.
La Tentación describe ansias de poder, dominancia y conquista. Desde tu punto de vista, Pablo, ¿de qué modo articula la obra el valor subjetivo de la libertad?
En un fragmento de la obra dice, '...la banda oriental volvería a ser una de nuestras provincias, luego llegará el turno del Paraguay y Rio Grande Del Sur, recién entonces podría dedicarme a hacerle mejor la vida a nuestros ciudadanos...'. La soberanía es fundamental para la libertad de los pueblos; ayer era al frente de batalla con espada en mano para defender ese territorio y hoy eso mismo se realiza endeudando a un pueblo para quedar sometidos por décadas arriesgando el suelo, los recursos naturales y la alegría de su gente.
Santiago, ¿cuál es a tu criterio la urgencia más crucial que atraviesa nuestro país hoy?
Que los políticos dejen de pelear entre ellos y pongan su energía en algo útil para el país. La soberbia política juega en contra del bienestar de cualquier pueblo.
Raúl y Pablo, ¿cómo ven la realidad de nuestro país de cara a un año electoral?
Raúl: Difícil, controvertida y con un gran riesgo. Va a depender de lo que suceda en octubre para saber si podremos a seguir aspirando a ser un país soberano o pasaremos a ser colonia.
Pablo: La realidad del país es muy delicada porque hay situaciones que no están siendo controladas, por ejemplo, la inflación y la inseguridad. Veo con mucha preocupación las próximas elecciones porque se juega el destino de la gran mayoría de las clases medias y populares. Lo pongo en ese orden, porque las clases populares están entrenadas en sortear las crisis más allá del gobierno de turno. Pero las clases medias, que tienen pretensiones de pertenecer a clases elitistas, habitualmente se equivocan al votar y eso los termina perjudicando. Cuando uno tiene memoria, podrá comprender el presente.
Pacho, a lo largo de tu amplia trayectoria, has abordado el trabajo de divulgación histórica, la investigación, el ensayo y la biografía. ¿Qué desafíos particulares te presenta el texto teatral a la hora de escribir?
Soy enemigo de las definiciones que pretender atrapar una verdad imposible que inevitablemente se escapa por sus poros. Como si fuera posible darle límites y consistencia. Según Freud es el funcionamiento del aparato psíquico el que impide el acceso a la verdad y Lacan lo confirma en el contoneo de lo simbólico y lo imaginario. Me limitaré entonces a merodear la definición de dramaturgia histórica haciéndolo humildemente por lo negativo: qué es lo que no debe hacerse. El teatro histórico no es, no debe ser, la representación con pretensiones de fidedigna de un personaje o de un acontecimiento histórico. Su misión no es ilustrar como verdadero lo que siempre no es más que una ficción revestida de credibilidad social, una construcción cultural. Siempre se trata de un relato. Se trata entonces de construir un relato sobre otro relato, interconectados por la creatividad que asume los abalorios de la expresión teatral. “No hay hechos, sólo interpretaciones”, dijo Nietzche. Representaciones teñidas de subjetividades múltiples.
Pacho, ¿de qué manera el teatro, y concretamente La Tentación utilizan el elemento histórico para reflexionar acerca del presente?
Lo histórico da la textura de la obra teatral. Utiliza el pasado potente para hablar del presente. O de lo eterno, los celos, la muerte, la esperanza, el odio, la virtud. También del futuro porque los errores del porvenir son la consecuencia de un presente que no supo aprender del pasado. Aunque no sea su intención, ¿quién puede negar el efecto pedagógico del teatro histórico? Los reyes ingleses sirvieron a William Shakespeare para hundir su bisturí en lo más profundo de lo humano, justamente por ser reyes y por ser ingleses. Cuenta con la imagen leal a la construcción cultural -nunca ingenua- que el espectador tiene de ellos para incluirlos como significante clave de su comprensión e interpretación. En La Tentación son personas “reales” devenidas en significación simbólica. Construyen un relato “paralelo” al principal, casi como el manifiesto y el latente del psicoanálisis, lo que nos permite asaltar de sorpresa las honduras de la vida que mueven a los intérpretes. Arrojados al escenario, es decir a la vida, parafraseando a Heidegger.
Santiago, la obra ejerce una mirada que podríamos catalogar como revisionista sobre la vida política argentina. ¿Los antagonismos del pasado perviven en la actualidad?
Basta observar nuestro presente: salvo honrosas excepciones los políticos de todos los colores piensan más en sus espacios de poder que en el pueblo. Y la obra cumple con esa misión tan sólida del teatro que es revisar el pasado para reflexionar sobre la actualidad.
Se dice que la ambición de un hombre jamás debe exceder su valor. Santiago, ¿lleva a cabo la obra una reivindicación de lo heroico?
Pienso que sí. Dado que las reflexiones del personaje de Dorrego, sobre las dudas y las certezas, y el texto de la tarjeta que se entrega a la salida del teatro lo confirman: 'Su muerte hizo que las luchas por el poder en la Argentina enhebraran desde entonces una larga sucesión de asesinatos, fraudes y golpes de Estado.'
Raúl y Pablo, ¿sería justo afirmar que los argentinos estamos condenados a repetir nuestros errores de modo cíclico?
Raúl: Lo que sucede es que aún no hemos dirimido si este será un país para todos o para pocos, y esa es la famosa grieta.
Pablo: Siempre que no se resuelvan de base. Luego de lo sucedido con gobiernos neoliberales recientes, y apenas cuatro años después, estamos en riesgo que vuelvan para volver a hacer lo que hicieron, pero con mayor velocidad. Considero que la memoria de una parte de la sociedad es mi mayor preocupación.
Raúl y Pablo, como hombres de la cultura, ¿qué evaluación podrían hacer del estado actual de nuestro teatro?
Raúl: Sigue siendo una expresión del arte con mucha vitalidad.
Pablo: El teatro siempre fue, es y será una vía de expresión fundamental para canalizar el amor, las crisis, las convicciones, las conveniencias y todo aquello relacionado con la vida y sus hombres y mujeres. Por lo tanto, siempre seguirá existiendo a pesar de los embates que sufre constantemente, dictaduras, neoliberalismo, pandemias, etc. Todo trabajador del teatro, actores, actrices, vestuaristas, iluminadores, dueños de paredes, directores, músicos, escenógrafos, asistentes, productores, etc....siempre estarán luchando para generar más y más arte. Lo importante es que la sociedad siempre acompañe las creaciones acudiendo al teatro para que todo, absolutamente todo, tenga sentido.
Santiago, ¿dónde podremos seguir disfrutando de La Tentación durante el 2023?
Seguiremos en el Teatro Border, si el público nos sigue acompañando como hasta ahora, todos los domingos a las 18 hs.
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