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Narrar la Navidad

El escritor y docente Juan Pablo Cantini buscó en su biblioteca tres cuentos argentinos cuya trama o escenario tuviese que ver con la Navidad, pero lejos de los estereotipos y del sentimentalismo, sino desde una mirada íntima y singular. Se trata de textos del ya fallecido Abelardo Castillo, la multipremiada Samantha Schweblin y el cordobés Federico Falco.

La Navidad, como fenómeno cultural y comercial global, es un acontecimiento difícil de abordar para la literatura. El riesgo de caer en lugares comunes o de perder singularidad es alto cuando se intenta narrarla en su totalidad o capturar la esencia de la festividad.

Como ha sugerido Enrique Vila-Matas en distintos ensayos, la literatura suele resistirse a los temas que se le imponen de antemano. Quizás por ello, bajo el peso de una tradición sentimental que va de Dickens en adelante, la Navidad se ha vuelto un territorio especialmente riesgoso para una literatura que busca singularidad. La obra de autores como Truman Capote, que trabajaron los rituales familiares y la infancia con extrema contención, muestra hasta qué punto escribir sobre celebraciones implica evitar deliberadamente el desliz hacia lo meloso.

Por eso, suele decirse que para entrar en la Navidad y poder contarla conviene hacerlo por el costado: a través de una historia mínima, de los detalles, de lo sugerente más que de lo explícito. En esta nota nos referiremos a tres escritores argentinos que han escrito grandes cuentos navideños desde esa mirada tangencial.

“Cuento de Navidad”, de Federico Falco

Se trata de un relato en el que la memoria familiar, la pérdida y el paso del tiempo se articulan a través de una serie de escenas gastronómicas que funcionan como verdaderos marcapasos narrativos. La comida y su preparación ordenan el relato, lo dividen, lo organizan y marcan su temporalidad interna. Se trata de un cuento de raíz autobiográfica que introduce las consecuencias de un asesinato atroz en la cotidianidad de una familia.

Desde el comienzo, Falco describe con precisión la preparación de un cordero a la cruz y cómo, al abrirlo, sus “costillas relucientes y rosadas” quedan expuestas al aire. A partir de esa escena inicial, sin tapujos ni reservas, el relato abre una ventana a una historia íntima y dolorosa.

Desde ese dolor concreto y singular, el cuento aborda las comidas navideñas como un espacio en el que el tiempo se quiebra y permite la coexistencia de quienes ya no están con los vivos. La celebración aparece atravesada por la melancolía y el sufrimiento, pero también por la convicción de seguir adelante con esa historia a cuestas: no olvidar, pero tampoco paralizarse. Continuar, a pesar de y con el peso de los recuerdos. Así, la Navidad familiar se compone de fragmentos de todas las navidades que esa familia ha atravesado.

Acá se puede escuchar la lectura del cuento.

“Papá Noel duerme en casa”, de Samanta Schweblin

Papá Noel duerme en casa está narrado desde la lograda voz de un niño que, inmerso en una familia que se desarma, sostiene su deseo navideño más simple y urgente: un auto a control remoto. A través de su mirada, el relato deja entrever un clima de crisis económica y afectiva que nadie termina de nombrar, pero que se filtra en los gestos, los silencios y las rutinas alteradas.

La Navidad funciona aquí como un marco tenso, una puesta en escena que expone las fisuras de la vida familiar y las pequeñas mentiras que intentan sostenerla. En ese contexto, la irrupción de una figura de Papá Noel ajena al estereotipo tradicional no trae consuelo ni magia, sino que vuelve visible, en toda su fragilidad, el dolor acumulado que hasta entonces permanecía contenido.

El cuento se puede leer acá.

“El candelabro de plata”, de Abelardo Castillo

En el cuento de Abelardo Castillo, la Navidad se convierte en un territorio propicio para explorar los límites de la moralidad y la crueldad. Narrado en primera persona por un hombre solitario, alcoholizado y marginal, el relato se sitúa en una Nochebuena que no promete redención ni consuelo, sino que expone, con lucidez brutal, la degradación humana.

Agobiado por lo que el propio Castillo define como “la fantasía del que está solo”, ese impulso que “elabora un universo tramposo, exclusivo, inverificable”, el narrador sale en busca de compañía y encuentra en otro despojado —un viejo inmigrante— el espejo perfecto de su propio fracaso. El encuentro no abre ninguna posibilidad de futuro: la Navidad íntima que comparten no ofrece salida alguna, sino que lleva hasta el extremo una forma de piedad pervertida, donde el gesto que pretende aliviar el dolor termina por revelarse como su expresión más cruel.

El cuento se puede leer acá.

Entrar por el costado

En los tres cuentos el abordaje es tangencial: la Navidad funciona como escenario y como catalizador de la trama, sin convertirse en su centro explícito. De ese modo, y gracias a la cuidada construcción de los personajes, los relatos eluden cualquier deriva melosa y logran narrar una festividad global desde experiencias íntimas, al mismo tiempo singulares y universales.

Desde allí, Falco, Schweblin y Castillo proponen un movimiento de ida y vuelta entre lo personal y lo colectivo que atrapa al lector desde la primera línea.

Tal vez, desde esa mirada de costado, la Navidad no aparezca como celebración, sino como una grieta desde la cual asomarse a la conducta humana, en y más allá de las fiestas.

Los autores y los cuentos

Federico Falco (Córdoba, 1977) es escritor y periodista. Ha publicado poesía y narrativa, y sus textos han sido incluidos en numerosas antologías. Coordina talleres de escritura y codirige el proyecto editorial Cuentos María Susana. Entre sus libros se destacan La hora de los monos, Cielos de Córdoba y Los llanos, finalista del Premio Herralde 2020.

Cuento de Navidad puede leerse en 222 patitos y otros cuentos (Eterna Cadencia, 2004).

Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) es una de las cuentistas argentinas más reconocidas de las últimas décadas. Su obra ha sido traducida a más de veinticuatro idiomas. Ha publicado libros de cuentos y novelas, entre ellos El núcleo del disturbio, Pájaros en la boca y Distancia de rescate. Reside en Berlín desde 2012. 

Papá Noel duerme en casa integra Pájaros en la boca (Penguin Random House, 2021).

Abelardo Castillo (Buenos Aires, 1935–2017) fue cuentista, novelista, dramaturgo y ensayista. Fundador y director de revistas clave como El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco, es una figura central de la literatura argentina del siglo XX. Defensor del cuento como forma, recibió numerosos premios, entre ellos el Premio Nacional Esteban Echeverría y el Konex de Platino.

El candelabro de plata pertenece al libro Las otras puertas y puede leerse en El candelabro de plata y otros cuentos (Penguin Random House, 2014).

 

author: Juan Pablo Cantini

Juan Pablo Cantini

Nació en 1976 en la Ciudad de Buenos Aires. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UBA, escritor, redactor y tallerista. Fue periodista gastronómico en medios especializados y publicó notas en Tiempo Argentino y Clarín. Su primera novela, Mordiendo en el vacío, fue editada por Notanpuan en 2022. Actualmente coordina talleres de lectura y escritura y trabaja en su segunda novela.

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