3 de Julio de 2025
Fotos: Romina Sautel (Moviendo Cultura)
Gaspar Benegas ha sabido forjar una carrera sólida y ecléctica dentro del rock nacional. Dueño de una versatilidad poco común, se ha destacado como guitarrista, productor y arreglador, construyendo un perfil artístico que combina sensibilidad, destreza y compromiso.
Su vínculo con la guitarra comenzó temprano, a los doce años, impulsado por el fuego eléctrico de B.B. King y Jimi Hendrix. De aquellas influencias absorbió no sólo el lenguaje del blues, sino una forma visceral de tocar, cargada de sentimiento y crudeza. Esa herencia se manifiesta con fuerza en sus presentaciones en vivo: cada interpretación tiene algo de jam salvaje, de entrega sin cálculo. En sus conciertos, Benegas no ejecuta melodías, las encarna. Y ese magnetismo tiene raíz en sus orígenes: una infancia al margen del ruido urbano, forjada entre paisajes naturales y la intensidad de la música como acto vital. Hoy, es uno de los encargados de mantener vivo el prolífico legado de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, además de dar forma a una de las bandas más interesantes del plano local: el power trío La Mono, junto a Lucas Argomedo y Ramiro López Naguil.
El pasado viernes 27 de junio, Benegas ofreció un espectáculo cargado de emociones en Guajira Bar, recinto platense de referencia para la cartelera musical local. Luego de la presentación de Tomás Rusconi, líder de Se va el Camello y encargado de abrir la velada, fue el turno del virtuoso guitarrista, dispuesto a desplegar un contundente repertorio. En formato acústico y a lo largo de una hora y media de show, llevó a cabo un repaso por canciones emblemáticas de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, temas de Los Fundamentalistas Solari y composiciones propias de La Mono.
Criado en El Bolsón, cuna de espiritualidad alternativa y experimentación artística en plena Patagonia, el músico atravesó desde niño una atmósfera impregnada de rebeldía y libertad creativa. Hijo de María José Cantilo, figura clave del primer rock argentino femenino, y sobrino de Miguel Cantilo, símbolo de la canción de protesta con Pedro y Pablo, su identidad sonora fue moldeada entre guitarras criollas y una contracultura que buscaba romper con las formas establecidas. Ese trasfondo se cuela en cada una de sus presentaciones y la más reciente de todas no fue la excepción: el escenario de Guajira se volvió territorio de ceremonia y exploración, donde la efusividad de los presentes celebró la perfección técnica del guitarrista al que todos vinimos a ver.
Para romper el hielo, el ex integrante de Las Manos de Filippi arremetió con una sentida versión de “Un Ángel para tu Soledad”, primera estación de un repertorio que intercalaría gemas de ayer y de hoy, amparándose Gaspar en el legado propio que dichas composiciones conservan: en cada esquina suena un tema ricotero. Clásicos como “Etiqueta Negra”, “Tarea Fina”, “Me Matan Limón” y “Mi Genio Amor” conformaron un sólido segmento medio del show; el gen redondo que despierta un clima festivo en los presentes y contagia de inmediato.
Los himnos que en soledad defienden su condición seguramente ya sean propiedad de la gente, como también algunos pertenecientes a La Mono, banda con hinchada propia y liderada por Gaspar desde hace casi una década, aunque la humildad del protagonista incline el recorrido hacia la devoción que siente por la obra poética y musical de Indio Solari, una figura que fue referencia impostergable a lo largo de toda la noche, a través de palabras que dimensionaron tamaño respeto y admiración.
En la búsqueda de encontrar un puñado de composiciones elegidas que mejor se adapten al formato, Gaspar nos maravilló con logradas versiones de “Había una Vez”, “Y Mientras Tanto el Sol se Muere”, “Encuentro con un Ángel Amateur” y “Martinis y Tafiroles”. En modo rockola, nos dispusimos a escuchar aquellas composiciones que son referentes generacionales. El público -que se animó a pedir sus preferidas y casi siempre fue recompensado- hizo el resto, acompañando de forma permanente, con cánticos y ovaciones. El emblema fundamentalista supo agradecer y ceder en todo momento oportuno protagonismo. También hubo espacio para expresiones que demuestren el malestar social generalizado respecto al gobierno de turno y su condenable proceder. La memoria es colectiva, la batalla cultural no está del todo perdida.
En su regreso a la ciudad de las diagonales, luego de una performance de similares características a la brindada en el pasado mes de febrero, Gaspar dejó el alma en las cuerdas, concretando un encuentro en clave íntima con el espíritu de una obra y una concepción musical que marcó a generaciones enteras. Una experiencia potente y cercana con uno de los protagonistas fundamentales del presente del rock argentino.
Repertorio
Un ángel para tu soledad / Flight 956 / El tesoro de los inocentes / De tu mano / Platos dorados / Pabellón séptimo / Tarea fina / Etiqueta negra / Mi genio amor / Me matan limón / El arte del buen comer / Y mientras tanto el sol se muere / Gualicho / Luzbelito / Juguetes perdidos / Había una vez / Nuestro amo juega al esclavo / Yo, caníbal / Mariposa pontiac-rock del país / Ji ji ji
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