Foto portada: Julia Novio
Lisandro Aristimuño regresó al patio del Centro Cultural Konex luego de su última presentación en este polo musical de la ciudad de Buenos Aires, en diciembre de 2021. En aquella ocasión, estrenaba SET 1, una serie de conciertos unipersonales que llevara por todo el país y que concluyera con la edición en digital del disco homónimo en vivo, editado durante 2022. De esta manera, finalmente, el músico concretó el postergado retorno en formato ‘full banda’ en la CABA, después de más de tres años de hiato, producto de la pandemia.
El recital, llevado a cabo a cielo abierto durante la noche del miércoles 19 de abril, constituyó la fecha reprogramada por inconvenientes climáticos, y pautada para el pasado domingo 16.
Con extrema puntualidad, el show comienza a las veinte horas. Allí está el anfitrión sobre el escenario, envolviendo al público con melodías que ya forman parte del ADN de nuestra música contemporánea. ¿Están con pilas?, pregunta. Movemos el cuerpo, calentamos motores, todo está recién por comenzar. Junto a su impecable formación (integrada por Carli Aristide, Rocío Aristimuño, Ariel Polenta, Lucas Argomedo, Martín Casado, Pablo Jivotovschii y Tano Pumara), el compositor realiza un generoso y contundente repaso en el que destacan consagrados éxitos pertenecientes su amplio catálogo musical: “Elefantes”, “Pozo”, “How Long”, “Me Hice Cargo de tu Cruz”, “Para Vestirte Hoy”, “Es Todo lo que Tengo, y es Todo lo que Hay”, “Perdón”, “La Última Prosa”, “Tres Estaciones0” (dedicada a su hija Azul, presente en el recinto) y “Azúcar del Estero”.
Se hace sentir en la otoñal cita porteña el cariño incondicional de un público que retribuye el carisma y la entrega de uno de los exponentes más genuinos y queridos de nuestro rock. Porque hoy nos hace falta verte bien…sopla el viento sur, es hora de desnudar la canción para vestirla de nuevas texturas. Un experimentador de sonidos en cada show, se muestra dispuesto improvisar y deleitarnos con largos pasajes instrumentales. A la velada trajo un trío de cuerdas que brindan exquisitez a la propuesta. Experto en amalgamar géneros y ritmos, en las canciones de Lisandro converge el espíritu folk, el rock, el pop y los sonidos afro.
Con motivo de los veinte años que se cumplen de la edición de su primer disco de estudio “Azules Turquesas”, durante la velada fue anunciado un remaster 2023 en vinilo LP en edición limitada, que editará junto a Viento Azul y Beach House Music, con el asesoramiento en mastering para vinilo de Daniel Ovie. Luego de la bienvenida noticia, “Tu Nombre y el Mío”, uno de los temas más festejados de la jornada y track número uno del disco próximo a ser celebrado, se hace presente en el repertorio.
El nativo de Viedma, de excelente humor, intercambia con el público de canción en canción; los anima a corear estribillos y acompañar con las palmas. La buena energía contagia. Llega el turno de la emotiva “Green Lover”, dedicada a Gabo Ferro y a las abuelas de Plaza de Mayo. Acto seguido, pide un aplauso para la para la democracia; porque se trata siempre, y ante todo, de defender el suelo, el arte, la cultura y la independencia. Lisandro cambia guitarras, una más linda que la otra. Una poderosísima versión de “Una Flor” enciende la ovación del público. La música transporta y coloca a las dos mil almas presentes en absoluto trance; porque al alma hay que darle de comer. También, huy tiempo para repasar algo de “Criptograma”, su logradísimo último disco de estudio, publicado en junio de 2020. Sonaron las brillantes “Sombra 1” y “Loop”.
Un eximio músico que ha sorteado el encasillamiento y no ha cesado en superarse, ratifica la búsqueda que lo confirma como absoluto protagonista de la escena musical local. La fórmula es sencilla y efectiva: jamás claudicar, luchando por la independencia y la autogestión, y haciendo de ellas bastiones irrenunciables. Convertir a su productora, en una trinchera de resistencia musical que desafía, con calidad artística y nobleza, los mandatos de la industria. Llega el turno de los bises: el cantante bebe una copa de vino y muestra su impecable rango vocal en la maravillosa “Por Dónde Vayan tus Pies”. El encuentro musical se niega a concluir, y la crónica del viento sigue dispuesta a contarnos aquella historia que sopla vientos de esperanza desde la fría Patagonia que vio nacer y formarse a un artista que late, vive y respira rodeado de discos, canciones y bellos instrumentos.
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