El empresario y mánager futbolístico Guillermo Coppola, quien ya había sido retratado por Leo Sbaraglia en la serie “Maradona: Sueño Bendito” (Amazon Prime Video, 2021) se convierte en objeto central de esta biopic en formato seriado, de reciente estreno en la plataforma Star+.
Podríamos pensar en los redituables motivos que posee una figura como la de Guillermo Esteban Coppola para resultar el eje de un producto de tamañas características. Un bancario ambicioso devenido en empresario de renombre internacional. Un bon vivant, habitué de la noche y mujeriego empedernido, con una innata cualidad seductora, que atrajo la atención de renombradas vedettes -como Yuyito González o Alejandra Pradón - o modelos –como Karina Rabolini-. Un visionario hombre de negocios rodeado de lujos, capaz de convencer -a pura labia, picardía o fajos de dólares- a los más poderosos de la élite, Enzo Ferrari incluido. Sin dudas, el potencial este self made man se presume muy rico en matices a explorar.
Símbolo de la ostentosa década del ’90, Coppola, el auténtico Padrino, deambuló a menudo por estudios de televisión (por ejemplo el conducido por Susana Giménez), exposición que le permitió acrecentar su fama y faceta mediática. Precisamente, es este uno de los méritos principales del flamante estreno. Ariel Winograd (realizador de los films “Sin Hijos” y “Permitidos”), en calidad de director y showrunner, en compañía de Emiliano Diez, destacado guionista, abordan con habilidad un material que oscila en un espectro que va desde la comedia y el absurdo, hasta el drama existencial y las causas judiciales que debiera sortear.
La representación de semejante montaña rusa emocional, reflejo de una década transcurrida a extrema velocidad, recae en los talentos de Juan Minujín, actor que posee el desafío de encarnar a un personaje en extremo peculiar, sin caer en la parodia caricaturesca. Capítulo a capítulo, su caracterización alterna logrados pasajes en donde consigue plasmar frases memorables, así como calcar cada tic del siempre histriónico Coppola, con otros un tanto menos elaborados en la dicción, aspecto no menos llamativo.
La serie se puede ver en la plataforma Star+.
A lo largo de seis capítulos de poco más de media hora de duración, “Coppola: El Representante” nos adentra, cronológicamente, en el período que abarca el desempeño del protagonista como insustituible mano derecha de Diego Armando Maradona, desde 1984 a 2001. Un hito fundamental para su vida y trayectoria; a quien, extrañamente y por decisiones narrativas no siempre idóneas, no veremos ni escucharemos en todo el metraje. Sin embargo, la figura de Diego, sobrevuela fantasmal en cada capítulo, poseyendo injerencia en el desarrollo de una historia que lo encuentra directamente ligado a la notoriedad pública que la excéntrica figura de Coppola adquiere a través de los años: en las manos del ‘cappabianca’ estaba el destino del caballito ganador. Lo sabemos, Diego es una presencia lo suficientemente fuerte y singular como para no necesitar aparecer en la pantalla, y, así y todo, causar inmediato impacto. No obstante, la serie aporta una pintura del ídolo en absoluto benevolente: una egocéntrica súper estrella, capaz de derrochar excesos, caprichos y descontrol, dondequiera que vaya.
“Coppola: El Representante” posee, a su favor, una notable recreación de época e inventiva visual para mixturar registros audiovisuales, ficcionados o no, sumado a la decisión de incluir la originalísima idea de un flashback extendido que acaba por cobrar onírica vida propia dentro del quinto capítulo.
El detalle puesto en canciones de moda y diversas extravagancias del mundo de la farándula nos retrotraen al corazón de una época de apariencias (en plena era menemista), amén de ciertos anacronismos de evidente descuido.
La serie, cuyo visionado recomendamos, completa su nutrido reparto con intérpretes de la talla de Rodolfo Ranni, Gerardo Romano, Mario Alarcón, Mónica Antonópulos, Alan Sabbagh, Roxana Randón, María Marull y Fabián Arenillas.
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