Política Historia Internacionales

De la Caída del Muro al admirador de Cavallo

Se cumplen 34 años de un hecho que cambiaría el rumbo de la historia, y que ejercería una influencia en el proceso político que comenzaba a transitar nuestro país, de la mano de la implementación de una política de privatización y entrega que hoy Milei y Macri quieren volver a instrumentar. Repaso y análisis.

1989 no fue un año cualquiera, ni para la Argentina, ni para el mundo. La realidad doméstica se presentaba caótica con la hiperinflación del gobierno de Raúl Alfonsín, tras el último plan de estabilizar la economía, el de Juan Vital Sorrouille, llamado Plan Primavera. El PBI caía anualmente un 5%, los salarios se pulverizaban y aumentaba la pobreza y el desempleo; en julio de 1989, la inflación fue de 200%, y la anual redondeó el 3000%.

Mientras tanto, ocurría un hecho significativo a nivel mundial: el 9 de noviembre de aquel año caía el Muro de Berlín, la división más palpable que vivió el mundo, iniciada en la década del 60, una grieta que partía en dos las dos Alemanias: la oriental y la occidental.

¿Qué significó este derrumbe no sólo de un muro, sino de las experiencias socialistas europeas, y las trayectorias nacionales-populares latinoamericanas? ¿Cómo ese liberalismo europeo impactó en la Argentina menemista bajo el ala norteamericana, por medio del Fondo Monetario Internacional (FMI)?

Rasputín ha muerto

“Ha muerto Rasputín se acabó la guerra fría/ se suicidó la ideología”, cantaba Joaquín Sabina en su disco de 1990, Mentiras Piadosas, y la canción “Muro de Berlín”. Estamos en presencia de un giro epocal tal es así que abrió una nueva cronología.

El mayor historiador inglés Eric Hobsbawm, en su libro “Historia del Siglo XX”, fuente con el que nos formamos muchos historiadores, colocó como fecha del fin del siglo aquel día que comenzó la unificación alemana. En comparación con el siglo XIX que a su juicio fue “largo”, calificó al siglo XX como “corto” porque duró solo 75 años. Para el británico, se inició con la Primera Guerra Mundial en 1914, que dio por concluido el orden imperial, y culminó en 1989 con el fin de las experiencias comunistas.

De Moscú a Washington

En términos materiales, la Caída del Muro produjo una aceleración en el avance de la tecnología que se va a reflejar en los medios de comunicación, y el comienzo de la era global y la interrelación de las plazas políticas y financieras de las naciones. En América Latina, por su parte, produjo la implementación de las políticas del Consenso de Washington, y un plan de reformas estructurales del Estado planteadas por el secretario de Estado norteamericano, y economista, John Williamson. La serie de reformas fueron la liberalización del comercio exterior, ajuste fiscal, reducción del gasto público y de los subsidios, desregulación de los mercados, y privatización de empresas estatales, presididas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

A nivel global, la caída del Muro, significó el derrumbe de la Unión Soviética, y por lo tanto el fin de la Guerra Fría y del mundo bipolar. Es decir, los 90 inician una década de hegemonía norteamericana y de un mundo unipolar. Tres años después comenzaba a balcanizarse Rusia y a dividirse en una veintena de estados independientes, mientras Mikhail Gorbachov conducía la Perestroika, el pasaje de aquel Estado Comunista hacia el capitalismo.

Perón y la brecha tecnológica

Algunos autores son claros en cuanto a la crisis del comunismo, que se tornaba insostenible en un mundo adelantado tecnológicamente y que cómo había advertido Juan Domingo Perón, en 1974 con una mirada ultra estratégica, “el desarrollo tecnológico aumentará la brecha, las diferencias que nos separan de las grandes potencias”. Así la generación de tecnología producida en el primer mundo, sería una nueva forma de dependencia sobre los países del Tercer Mundo.

Por supuesto que, en América Latina, Cuba, con el derrumbe del eje comunista (Bulgaria, Polonia, Yugoslavia, junto a los soviéticos) incrementaba notablemente las dificultades para abastecerse, sumado al salvaje bloqueo yanqui (alimentos, remedios, materiales), ni hablar tecnología que ya la isla no podrá producir sin insumos externos; y a la nueva realidad de la era global.

Menem: relaciones carnales con los Estados Unidos.

Coca Cola es así

“En la noche del 8 de noviembre de 1989, estaba yo cenando en el barrio de Kreuzberg, en el Berlín occidental, cuando la radio transmitió una noticia sensacional, increíble: el gobierno comunista alemán había abierto el Muro y todos los orientales podían visitar los barrios occidentales. El Muro había caído”. Esto cuenta el periodista argentino en Berlín Jorge Hoenig, quien además relata un hecho anecdótico que marca el giro de época:

“Los recién llegados (es decir los que cruzaban el Muro de Este a Oeste) compraban Coca-Cola en todos los puestos callejeros y hacían durar la bebida en sus botellas para mostrarlas como un botón de distinción, como que ellos podían también ahora”.

Como diría el sociólogo Anthony Guiddens el capitalismo moldeó modos de pensar, sentir y actuar. Los cambios simbólicos, el consumismo desenfrenado, la circulación de mercancías, ya no era importante ser un trabajador de cuello gris, sino un yuppie, trabajar en el mundo financiero. Los legados históricos de lucha y reinvindicación de la izquierda parecían sepultados. De esta manera surgió la Aldea Global y su sistema-mundo, el neoliberalismo, que a nivel territorial se expresará en la pérdida soberanía del territorio nacional, y la crisis de los Estado Nación, abrió la nueva etapa: la Globalización.

El león y la ley de la selva

La Argentina que se venía la anticipó Carlos Dromi, junto a Carlos Menem, cuando señaló que “nada de lo que es del Estado, permanecerá en manos del Estado”. La Argentina del 1 a 1, de los viajes a Miami, y el “deme dos”, del desguace del patrimonio estatal, y del vaciamiento de la política, del Estado como una empresa de rentabilidad, sin compromiso con la sociedad. El ajuste, el desempleo y la desindustrialización del país fue la cara feroz de los años 90. Los padres de la criatura fueron Carlos Menem y Domingo Cavallo, que moldearon una sociedad asustada, por la hiperinflación y el desacierto económico alfonsinista. La historia la conocemos culminó en la crisis sistémica del 2001.

Milei propone dolarizar la economía.

En el presente, el candidato por la Libertad Avanza Javier Milei expresó que “Domingo Cavallo fue el mejor ministro de la historia” y que “el primer gobierno de Menem fue el mejor de toda la historia argentina”. Las ideas de “sálvese quien pueda”, convirtieron a la Argentina en la ley de la selva.

El individualismo a ultranza, y el desinterés social, junto a la concepción de un Estado mínimo están en la quintaesencia de aquellos tiempos. A 34 años de la caída del Muro, y de un cambio simbólico en las sociedades modernas, no sólo sirve para pensar Europa, sino como impactó ese capitalismo mundial, cómo se expresó de manera rapaz y salvaje en la periferia. Sirve para reflexionar sobre la Argentina que pasó y la que viene. Sirve para preguntarnos algunas cuestiones antes del Domingo 19 de noviembre, tal vez el envase de uno de los candidatos sea nuevo, pero el contenido proviene de los inicios de aquellos años 90.

author: Matías Escot

Matías Escot

Docente de Historia y aficionado a la literatura. Profesor en escuelas públicas y privadas. Creador del sitio web www.relatosdelsur.com. Participa del proyecto Pensar el Pasado en la Escuela del Futuro, en la Universidad Nacional de Quilmes.

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