
'El amor es revolucionario, contestatario, subversivo, insurgente'
A los amores, sí. Esa es la propuesta de Duratierra, banda que ya lleva veinte años de trayectoria. Converso alucinada con Micaela Vita, la voz cantante, aunque decididamente sea mejor decir cantora, como remarcaba Mercedes Sosa: 'cantante es la que puede y cantora la que debe cantar'. En su voz piensa y tiembla una comunidad. Micaela es la emoción intensa del cantar, la desmesura de quien tiene todas las riquezas en su voz y en lugar de atesorarlas, las derrama, las hace circular, las comparte.
La música de Duratierra piensa un territorio y un tiempo, una memoria compartida, un presente vivo que nos hace creer en un mañana en el que somos capaces de sostener la vida. Fuera de prácticas dominantes que imponen una única historia, en estas músicas florecen otras maneras, nuevas miradas que permiten imaginar y ser sustrato para futuros posibles, más amorosos y más justos.
¿Por qué Duratierra? Micaela dice que al principio fue un juego de palabras: “También el deseo, la intención de que la tierra dure, y también la idea de que habitar la tierra es cosa dura”.
La banda está recorriendo el país, despiden A los amores, El Folklórico Vol. 1. Acaban de ganar un Premio Konex en la categoría Conjunto Folklórico de la década 2015-2025 y fueron nominados a los Premios Gardel a mejor disco grupo de Folklore -el 28 de este mes sabremos si se hará justicia-. Estuvieron en Cosquín en días complicados para nuestro país. En ese escenario caliente, se manifestaron con valentía, lucidez y urgencia. Fueron ovacionados y la presentación de Duratierra se viralizó. El 6 y 7 de junio, harán la despedida de A los amores en el ND Ateneo. Como suele suceder en los conciertos de Duratierra, se volverá a producir el acontecimiento de encarnar el tiempo y todo será amor que quedará resonando, con las músicas, en el cuerpo.
Como banda trabajan en comunidad y también conformaron una comunidad entre quienes escuchan. Contanos sobre la turba del bien.
Empezamos a ser conscientes de eso a partir del disco Cría (2017), que fue un disco que marcó nuestro hacer creativo. Con ese disco empezó a pasar que la gente empezó a cantar las canciones en los conciertos. Empezamos a escuchar la potencia de la turba cantando y cantando. Otra cosa que pasó fue que nos empezaron a llegar versiones de gente cantando Marzo, cantando Saravá, nos llegaban versiones de todo el país. Ahí empezamos a ser conscientes de la turba. Empezamos a hacer comunidad con nuestras canciones. A partir de ahí la experiencia de la banda y del hacer creativo cambió por completo. Empezamos a sentir la banda como una entidad cultural y política. Nos dimos cuenta que Duratierra trasciende el hecho musical. La turba nos hizo dar cuenta que hay un entramado en común alrededor de esta música. Duratierra también es un lugar de encuentro, un lugar para el pensamiento, para la reflexión, para las sensibilidades. A cada concierto voy con la sensación de que me voy a encontrar con mis amigos. La turba es eso, muchas personas que nos encontramos porque deseamos, pensamos, sentimos un mundo similar. En estos tiempos es muy necesario, nos da mucha esperanza. En cada concierto, confirmamos que somos un montón.
Este año el recital en Cosquín sucedió en la previa a la histórica marcha antifascista y ustedes con valentía se expresaron durante el concierto. Luego en la marcha, en distintos puntos del país, sus palabras se transformaron en carteles: “Hay que encender la memoria y el amor en cada esquina de esta patria”. ¿Cómo vivieron la experiencia Cosquín?
Fue nuestra segunda vez en Cosquín. Esta vez sentimos que estábamos más preparados para enfrentar esa plaza. Fuimos como somos con la honestidad de siempre para estar lo más transparentes posibles en esa comunicación con la gente. Esas palabras que dije surgieron de noches de reflexión acá en casa. Me hice voz de conversaciones grupales y de escrituras compartidas también. Con Juan (Saraco) y Valen (Bonetto) tiramos ideas, conscientes de que era muy importante llegar con claridad. Queríamos encontrar un tono. Hasta que me fui a dormir y me levanté a la mañana y les dije: ya tengo lo que vamos a decir. Es muy difícil encontrar palabras para contar lo que sucedió cuando empecé a decir todo sobre el escenario. Empecé a ver cómo el público se levantaba, las personas se ponían de pie, aplaudían, empezaron a levantar banderas de la diversidad, apareció una bandera trans que la desplegaron en el momento justo en el que empezamos a tocar La del pueblo. Fue todo muy emocionante.
Todo eso en Cosquín y tocando folklore a contra corriente de lo que la industria generalmente instala como el folklore tradicional, estereotipado, muchas veces binario, conservador, despolitizado…
Nos dio mucha fuerza lo que pasó. Para nosotros llegar ahí con nuestras canciones originales en un contexto que tiene sus códigos, como decís, la industria tiene sus códigos de lo que es y representa el folklore para las lógicas del mercado. Y sin embargo con Duratierra ofrecemos esta propuesta, esta otra lírica, esta otra poética. Decimos cosas y recibimos todos estos abrazos. Fue muy fuerte y las repercusiones fueron tremendas. Llegamos a mucha gente que no nos conocía. Fue un crecimiento total para la banda, se acercó muchísima gente nueva, miles y miles y miles de personas nos empezaron a subir por las redes, se viralizaron nuestras palabras y nuestras canciones. Fue muy conmovedor. Se siente algo parecido ahora con la nominación a los Gardel o cuando nos dieron el Kónex al mejor conjunto folklórico. Son cosas muy fuertes, ¿viste? Porque nosotros estamos haciendo esta música porque de verdad creemos en esto profundamente. Nunca estamos transando con ningún espacio de la industria musical. Nunca abandonamos la trinchera que somos. Y de repente desde algunos espacios que nos son ajenos en lo cotidiano, nos llegan estos guiños. Logramos meternos ahí sin haber cambiado quiénes somos, sino por ser quiénes somos.
Ahondemos un poco ahí: ¿qué es el folklore para la industria?
Es recomplejo lo que hace siempre la industria con el arte, ¿no? Por supuesto que va estandarizando y va poniendo de moda modos de hacer. Y los viste de tradicionalismo cuando en realidad no son tradicionales. Hoy día hay un montón de bandas de folklore extendidas desde hace años que hacen un tipo de folklore recontramezclado con el pop, con el rock, fusiones que no vienen de lo tradicional. Sin embargo, lo logran imponer y lo logran llevar a esos escenarios y lo ponen como el folklore que hay que hacer para tener laburo, para pertenecer a esos espacios. A nosotros nos han llenado de preguntas y nos han dado con un palo como como le habrán dado a Carnota, a Mercedes, a un montón de gente que que se corrió de lo que se esperaba y que se corrió de que estaba establecido. Hay un riesgo muy grande que se corre cuando al folklore se lo quiere dejar en un lugar estático, en un lugar como en la vitrina de un museo. No creo que sea inocente esa jugada, ¿viste? Si quieren que algo esté quieto, estático, no lo quieren vivo, te quitan la posibilidad de identificarte. Se me van a escapar un montón de vertientes en esta reflexión, es un tema enorme y complejo. El folklore se ha puesto en lugares muy riesgosos también de una identificación con un nacionalismo supermachista que han tomado las peores derechas en su favor. No es inocente.
¿Qué implica hacer memoria transfeminista desde el folklore?
Y hacer folklore desde el transfeminismo y desde nuestra mirada politizada y popular es construir desde otro lado. Estamos cantándole a otras cosas, estamos poniendo arriba del escenario otras problemáticas, estamos diciendo distinto, estamos construyendo de otro modo. Somos una banda que construye cooperativamente, horizontalmente. Tenemos un manejo amoroso entre nosotres. Muchas veces nuestras formas chocan con los tiempos y los modos de la industria. Habitamos el arte desde un lugar que tiene memoria de territorio, que tiene memoria cultural, que tiene una construcción plantada en el presente con las problemáticas del presente. Entonces lo transfeminista también entra desde ahí, entra porque es real, entra porque es lo que nos atraviesa la reflexión cotidiana. Pertenecemos a este movimiento. Hacemos un folclore que está vivo y que está diciendo un presente. Como dice Saravá, ¿no? Son canciones nuevas que vienen llenas de canciones viejas porque todo ese acervo cultural y porque toda esa gente que abrió camino antes para que nos podamos permitir pensar esto, está dentro de nuestras canciones.
Hablemos de A los amores. Hace poco vi un video de Susy Shock que decía algo así como “bueno, ya basta con eso de la empatía. Ahora hablemos de amor”. Hace unos días también Diana Bellessi me decía que en estos tiempos donde se agita tanto odio, el amor es lo más político y lo más subversivo que puede existir. ¿Cómo pensaron estas canciones?
La temática del disco se manifestó sola. Juan (Saraco) venía componiendo canciones para este sueño que teníamos de grabar un disco folklórico. Así lo llamábamos antes del nombre: el folklórico. Cuando terminamos y pusimos todas las letras escritas una al lado de la otra y empezamos a analizar de qué iba la cosa, nos dimos cuenta y recorrimos ese campo semántico, hacia dónde iba la poética. Nos dimos cuenta que había un hilo conductor que había sido invisible hasta ese momento que tenía que ver con el amor. El amor a las infancias, el amor a las amistades, el amor al territorio, el amor incluso a los procesos dolorosos personales como en Verano del 19 (que es un relato súper duro e íntimo), el amor romántico, entre compañeros, compañeras. Los conciertos están teniendo un altísimo nivel de amorosidad y ternura y cercanía. Yo termino extasiada con el corazón ensanchadísimo. Como decía Diana y la Susy también, en estos tiempos donde esos discursos de odio y donde esta violencia y donde esta cosa iracunda deshumanizante está siendo inoculada e inyectada en nuestro pueblo de una forma muy perversa, el amor termina siendo algo muy contracultural. El amor es revolucionario, contestatario, subversivo, insurgente, como diría la Susy. Con Duratierra creemos que la cosa va por ahí, ¿viste? Necesitamos de esta materia preciosa del amor para poder pensar en construir otra cosa.
Uniendo varios temas, hablabas del antes y el después que marcó el disco Cría que justamente abre con esa canción que dice: “A los cantores que ponen el pecho”. ¿Cuál es la importancia de poner el pecho? ¿Por qué te parece que es importante sacudir esa modorra o esa comodidad de la tibieza en estos tiempos de emergencia social, como diría Diana Bellessi?
Ahora recuerdo al Indio Solari diciendo: 'Los artistas tenemos que ofrecer algo más que el sentido común”. Eso pienso, ¿no? Si estamos tan metidos en el sentido común no tenemos nada para aportar. Yo creo que el arte viene a aportar algo. En principio unas posibles maneras distintas de mirar el presente y de pensar un futuro. Como banda no encontramos ni queremos tampoco otra forma de hacer que no sea esa, la de ponerle el pecho, la de decir lo que sentimos y lo que pensamos. Así suceden las transformaciones. El arte es realmente transformador. El arte te permite pensar diferente. Te abre, te saca de ese lugar del sentido común instalado y te permite pensar por vías alternativas las cosas y te permite estar en otra sintonía. Si no se pone el pecho, siento que no tiene sentido. Si no es así, es utilería, es otra cosa, pero no es arte. El arte tiene que tomar la posta, sacudir, sacudir las emociones, los pensamientos. Me parece que es por ahí. Estamos sobrados de entretenimiento, estamos sobrados de interacción, estamos sobrados de interrupciones de nuestra vida todo el tiempo con cosas que no tienen ningún tipo de profundidad ni te ofrecen nada nuevo para tu espiritualidad y para tu pensamiento político. Está lleno de cosas que no sirven para un carajo. Y el arte de verdad empodera. La música te puede dar fuerza. Eso me emociona muchísimo. Encontrar una canción que dice lo que vos necesitás decir en una marcha… encontrar una canción que dice eso que sentís y que vas a cantar con otras personas, te nuclea y te abraza con otres. Necesitamos artistas que nos acerquen. Da esperanza, te hace pensar que es posible otra cosa. Por eso Duratierra hace comunidad.
Osvaldo Bayer decía que los poderosos ven una amenaza ahí donde hay ideales. Y en el medio está el disciplinamiento. Hay personas que deciden callarse por miedo a represalias.
Nosotros como banda nunca recibimos nada. Ni durante el kirchnerismo ni durante otro gobierno. Nunca recibimos una mano del Estado. Nosotros nunca pertenecimos a esos artistas supuestamente beneficiados por las políticas culturales de aquellos años. Siempre estuvimos al margen. Cuando sucedió lo de Cosquín o también cuando nos pronunciamos como una banda que iba a votar a Sergio Massa porque no encontraba otra alternativa a ese presente, tuvimos una respuesta muy contundente. Fue mucha más la cantidad de gente que se acercó que la cantidad de gente que nos tiró odio por la cara. Después de Cosquín, literalmente fueron solo dos personas que mensajearon de esa forma. Un mensaje decía 'qué linda la música, lástima que son kukas.' Y el otro decía solamente “kukas” en mayúscula y con muchos signos de admiración. Y el resto de los mensajes que fueron miles y miles y miles eran mensajes de amor y agradecimiento. Recibimos un apoyo total. Con Duratierra ponemos el corazón y vamos siempre desde el amor. No estamos yendo con la agresividad a ningún lado, no estamos yendo a atacar. Vamos con la ternura y con la idea del encuentro a través del amor. No nos lleva a ningún lado interesante la polarización a donde nos quieren arrastrar. No puede ser esa la manera de acercarnos o distanciarnos. ¿Por qué estamos tan lejos? También pienso que es muy triste dejar de decir por miedo.
Vi cuando fueron al programa de Bruno Lazzaro y Paula Maffía. Estrenaron una canción nacida en diciembre de 2023 que habla de hacer rancho en el amor, que habla de los pañuelos blancos, que habla del mañana que es lucha. Es una canción muy conmovedora, necesaria y urgente. ¿Cuándo se estrena? ¿Quizás será parte del venidero El folklórico Vol. 2?
En ese programa históricamente estrenamos una canción y como somos gente muy cabulera dijimos: vamos a mostrar este tema por primera vez. Y fue muy contundente percibir la emoción que generó y lo que nos pasó a nosotros también, estábamos con la piel incendiada. Vimos la reacción de Paula y de Bruno, los operadores lloraban, fue muy fuerte lo que pasó. Nos dimos cuenta que estas canciones necesitan salir pronto. Estamos trabajando arduamente en el repertorio nuevo. No sé decirte cuándo va a salir el tema pero va a salir, sí. Necesitamos encontrarnos y cantar: Mañana es lucha.
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