La increible historia del argentino Adolfo Kaminsky
Fue También conocido como Adolphe Kaminsky. Otros lo conocieron con los seudónimos de Julien Keller, o Georges Vernet, Adrien Leconte, o los nombres: Jules, Raphaël o Joseph.
Nacido en Argentina un 1° de octubre de 1925, fue un notable miembro de la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial (SGM), que se especializó en la falsificación de documentos de identidad y pasaportes, salvando así infinidad de vidas.
Se calcula que sus papeles salvaron a más de 3.000 familias judías. Otros cronistas de su vida multiplican la cantidad por cuatro. Una cifra de por sí muy importante si se recuerda que, alrededor de 75.000 judíos fueron finalmente deportados desde Francia hacia los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau; y de Sobibor.
Colaboró también con el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino, durante la guerra de la Independencia de Argelia contra el colonialismo francés (1954-1962).
Caso notable de idealismo, falsificó documentos por más de treinta años para diferentes grupos de activistas revolucionarios del mundo sin cobrar dinero a cambio ni una sola vez.
Antes de la SGM, esta fue su vida: Su familia (rusos-judíos) se mudó con él a París en 1932, donde su padre trabajó como sastre, y luego a la localidad de Vire (Región de Calvados famosa por sus vinos). Adolfo trabajó en una tienda de teñidos y cobró interés en saber todo por la química y los colorantes. Incentivado en su curiosidad se compró un tratado de Marcelline Berthelot y el paso siguiente fue armar su propio laboratorio en la casa de su tío; además trabajando como asistente de un químico, rápidamente absorbió para sí los conceptos básicos de la ciencia.
El joven fotógrafo y falsificador.
A tres años de comenzada la SGM su madre fue asesinada por los nazis en 1941. Adolfo con 17 años ingresó a la Resistencia Francesa. Su campo de acción fue un laboratorio fotográfico subterráneo en París (número 17 de la Rue des Saint-Péres) donde falsificó documentos, durante todo el tiempo que duró la conflagración mundial.
En Wikipedia se explica que “Conoció la red de falsificación, el grupo de resistencia, cuando buscaba una identificación falsa para su padre. Este grupo, conformado por judíos de la Unión General Judía y llamado ‘La Sixiéme’ tenía problemas para borrar las manchas de tinta azul de los documentos. Adolfo les aconsejó que usaran ácido láctico y posteriormente se unió al grupo y tomó a su cargo el laboratorio químico de falsificación; su mayor desafío fue la invención de la marca al agua”.
“Kaminsky también aprendió rápidamente el fotograbado bajo un pretexto falso, y estableció un laboratorio nuevo para crear documentos ‘reales’ pero falsos”. Fue precisamente, el principal productor de identificaciones falsas en el Norte de Francia.
Kaminsky solía decir a sus compañeros del laboratorio, con un grado de altruismo y compromiso que lo enaltece: “Manténganse despiertos el mayor tiempo posible. Luchen contra el sueño. Los cálculos son fáciles: en una hora, hago treinta documentos falsos. Si duermo una hora de más, treinta personas morirán”.
Después de la Liberación de París, en agosto de 1944, se unió al ejército francés y posteriormente fue trasladado a Alemania en misión oficial pero oculta a la vez. Fue condecorado con la “Medaille de la Résistance”. Y ayudó a los judíos a emigrar al Mandato Británico de Palestina entre 1946 y 1948, pero después de la creación del Estado de Israel dejó de hacer ese trabajo, al considerar que se le daba un “status quo” muy alto a la religión y al Rabino Jefe de esa joven nación en particular.
Nuevamente comenzó a trabajar como fotógrafo. Renunció a su estado militar al comienzo de la guerra de indochina que enfrentó a franceses y vietnamitas. Se negó a participar de una guerra colonial sirviendo al bando opresor. A partir de esa decisión comenzó de nuevo a falsificar documentos para varios grupos revolucionarios y para los argelinos en particular como se mencionó al principio de este relato.
En 1962 produjo un metro cúbico de cien francos franceses (algo así como cien millones de francos) para colaborar con la resistencia argelina para desestabilizar la moneda francesa y por ende su economía. Cuando se declaró el cese de fuego, en marzo de 1962, con la victoria de los argelinos que lograron su independencia luego de ocho años de cruentas peleas, los francos fueron quemados en una gran hoguera. Preguntado por el particular, supo decir: “Nunca pensamos en conservar los billetes. El dinero siempre trae problemas”.
Esa guerra de liberación fue terrible. En tanto historiadores franceses dan como muertos en la contienda entre 250 mil y 400 mil argelinos, el FLN eleva la suma a 1.500.000 compatriotas.
La batalla de Argelia, película que aborda la independencia del país africano del yugo francés.
Recomiendo sobre todo a las nuevas generaciones de jóvenes ver la película “La Batalla de Argel” producida en 1966 por el director de cine Gillo Pontecorvo. Como bien se dice en Wikipedia: “En 2008, la película fue incluida en la lista de las 100 películas italianas que hay que salvar del Ministerio de Patrimonio Cultural italiano, una lista de 100 películas que ‘han cambiado la memoria colectiva del país entre 1942 y 1978’. El film sería galardonado con importantes premios cinematográficos internacionales”.
Kaminsky desde 1963 colaboró en la falsificación de documentos con varios movimientos de liberación de Latinoamérica entre ellos de Argentina. Así mismo contra las dictaduras imperantes en Portugal, Grecia y España. Y hasta llegó a hacer documentos falsos para salvar a jóvenes norteamericanos que no querían ir a pelear a Vietnam. Su última identificación falsa data de 1971.
Vivió durante 10 años en Argel y casado con una mujer tuareg tuvo 5 hijos.
En 1982 se mudó a Francia -país del cual recibió tres medallas honoríficas por su acción de resistencia a los nazis en tierra gala- y en 1992 toda su familia se nacionalizó francesa.
Jacques Falk hizo un documental sobre su vida, titulado “Falsificando Identidades”. Su hija Sarah, nacida en 1979, actriz y escritora, ha escrito la biografía de su padre treinta años más tarde: “Adolfo Kaminsky, une vie de faussaire”. Y también hay otro libro sobre su vida que se llama “Adolfo Kaminsky. El Falsificador”. En parte de la contratapa del mismo puede leerse: “Después de la liberación de París, fui reclutado por los servicios secretos franceses para proveer documentos falsos a los soldados lanzados en paracaídas detrás de las líneas enemigas. Luego les suministré documentos a los sobrevivientes de los campos de concentración que se embarcaban clandestinamente hacia Palestina de 1946 a 1948. Más tarde, me puse al servicio del FLN durante la Guerra de Argelia: también fabriqué papeles falsos para ellos. Inicié a revolucionarios antifranquistas en las técnicas de falsificación y proporcioné identidades falsas a los que luchaban en Guatemala contra el general golpista Castillo Armas y a los que en Grecia lo hacían contra la dictadura de los Coroneles. No me arrepiento de ninguno de los combates que libré. Actué por convicción, en apoyo a los pueblos víctimas de la opresión, en nombre de la libertad y siguiendo lo que mi conciencia me dictaba. Nací en Buenos Aires en 1925, y aunque me fui de la Argentina muy chico, a los 5 años, conservo todavía un recuerdo sumamente preciso. En este libro está la historia de mi vida”.
Kaminsky falleció en París el 9 de enero de 2023 a la edad de 97 años.
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La historia de Adolfo Kaminsky está reconstruida y narrada en el libro “Argentinos. Judíos. Rebeldes. Revolucionarios” que Baschetti publicó en 2023 con el sello editorial que dirige junto a su compañera Nora Patrich, Jirones de mi vida.
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