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Campusano: “Toda persona o gobierno que incida en contra del cine es mi enemigo”

El cineasta José Celestino Campusano conversó con Kranear sobre el estreno de su largometraje número veinticinco, “Territorio”, como así también sobre su carrera, su mirada estética y recorrido en la autogestión, la organización del sector y el sistemático ataque de Milei contra el INCAA y la cultura.

Fotos: Cinebruto

Cuatro décadas a sus espaldas ilustran la labor de un director prolífico e incansable, que en ningún momento se plantea dejar de avanzar: José Celestino Campusano estrena su largometraje número veinticinco, “Territorio”, presentado en el último Festival BAFICI. 

Apasionado del arte que practica y objeto de una mayúscula retrospectiva que sobre su obra realizaran numerosas universidades de México, no hace más que seguir acumulando horas de rodaje y experiencia, trayecto que le permite realizar una lúcida evaluación sobre la actualidad del cine. Lo que sigue a continuación, más que una entrevista, es una clase maestra.

Tus cuatro décadas de trayectoria ilustran la labor de un director prolífico e inagotable; también producís de forma autogestiva y distribuís tus propias películas. ¿Cuál es el principal motivo e impulso en continuar con tu obra?

El principal motivo para mí radica en una frase de Leopoldo Torre Nilson, cuando dijo aquello de asumir nuestro rol en la actividad como consecuencia de una suerte de mandato genético. Cuando transité de niño a púber, y de adolescente a joven, no recuerdo un solo día donde no reflexionara sobre el poder de la imagen en movimiento a través de secuencias de planos, encuadres y dramaturgia. Son áreas que me obsesionan desde que tengo memoria y aun más ahora; por ello toda persona o gobierno que incida en contra del cine es mi enemigo. 

Comentanos acerca de la Red Internacional de Clusters Audiovisuales. ¿Cómo y cuándo surge?

Es básicamente una organización de vanguardia y multisectorial, destinada a fortalecer al audiovisual más puro e incondicional, surgido desde lo profundo de las comunidades de Latinoamérica. Distribuida desde los desiertos de Durango en México, pasando por las selvas de Pando en la Amazonia Boliviana para terminar en los bosques de Comarca Andina. Nunca nos metemos con los contenidos, pero sí con las instancias de producción, a fin de lograr que el milagro del rodaje continuo constituya una experiencia elevada en vez de un reservorio de toxicidad, evitando la ingesta de alcohol y drogas como así también el ejercicio del racismo, del clasismo, la misoginia, el acoso, etc. Esta particular y efectiva forma de organización asamblearia surgió hace trece años en el Centro Cultural Padre Mujica de Banfield. Nuestra red no es una productora, sino un espacio de encuentro donde experimentamos con diversas tecnologías y estrategias de producción. Si no crecemos empezamos a morir, por ello estamos en permanente expansión, abrazando a nuevos referentes, provengan o no del área audiovisual; y procurando la fundación de nuevas sedes.

Recientemente tu trabajo audiovisual fue objeto de una retrospectiva de prestigiosas Filmotecas de México. ¿Qué sensaciones nos podés compartir de participar de esta experiencia?

Toda la retrospectiva de México, partiendo de la Cineteca de CDMX y siguiendo por Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Toluca fue posible gracias a la excelente disposición de las sedes locales integrantes de nuestra querida red. En todo este recorrido también surgieron posibilidades de co-producción e intercambio cultural. Sumamos, además, unas nueve intervenciones en universidades, bibliotecas y museos. Tuvimos charlas con el director de los legendarios estudios Churubusco y con autoridades de Imcine. A mi criterio, México cuenta con múltiples factores favorables a fin de posicionarse como una potencia cultural en Latinoamérica y de cara a los BRICS.

Hace algunos años publicaste el libro “Mitología Marginal Argentina”. ¿De qué manera se manifiesta en tu abordaje literario el componente autobiográfico?

En lo personal, el componente autobiográfico es todo al momento de iniciar un proyecto artístico. Es la nitidez, la fuerza y la raíz que concede un rasgo distintivo a la obra, sea esta audiovisual, literaria, musical o pictórica.

¿En dónde radica la esencia del cine como expresión artística?

La esencia del cine radica en no filmar lo que ya está filmado, y no traicionarse por aquello que podríamos llamar oportunismo, por más seductor que resulte.

¿Cuán importante es la formación en un cineasta y cuánto la intuición?

Creo que la formación es necesaria a fin de no perder tiempo en descubrir la pólvora, pero, paradójicamente, a veces no resulta del todo esencial. Fuera de ello, soy un convencido que la fuerza de la intuición, la cual se desarrolla cuanto más confiamos en ella, sí lo es. Como comentaba anteriormente, la presencia de lo autobiográfico es inagotable e insustituible, porque nos permite refugiarnos y fortalecernos en un universo propio y en una mirada fresca y distintiva. Los claustros nos ayudan a formar comunidad, lo cual en esta disciplina es absolutamente clave; quien no maneja las relaciones públicas difícilmente pueda crecer como exponente, y peor aún si la persona esta signada por el ego, cuando ya sabemos que ello es solo un niño de cuatro años.

Campusano, en una jornada de exteriores de Territorio, su película número 25.

Sos un emblema de la independencia y las vías alternativas de producción y realización, hacedor de un cine comunitario surgido en los márgenes. ¿Qué consejo podrías dar a los jóvenes realizadores que buscan realizar su sueño de filmar por primera vez?

Mi recomendación sería que exploren los lugares de creación que puedan resultarles críticos, que eviten crear desde la comodidad intelectual, espiritual o de manejo de recursos. Si uno está temeroso o aburrido, lo más probable es que transmita esas mismas sensaciones al espectador. Si, por el contrario, uno experimenta asombro y agradecimiento por los contenidos que logra plasmar, es muy probable que transmita esas sensaciones. Y la otra recomendación, es que se amiguen con el error. Que sean genuinos y constantes erroristas. El tema, en todo caso, pasa por evitar repetir el mismo error. Puedo agregar el evitar escuchar a personas que se regocijan enarbolando criticas yoicas basadas en algo tan insustentable como ’esto me gusta, esto no me gusta’. Recordando que se puede objetar desde la humildad, pero también desde la soberbia, y que este espectro creativo está repleto de personas fracasadas, que no se han animado a nada, que no demoran el intentar truncar procesos individuales o colectivos a causa de la envidia que los gobierna. Estas personas pueden ser colegas, programadores, críticos, etc. Y, por último, les aconsejaría a quienes no están filmando, pero experimentan una urgencia por hacerlo, que cambien su vibración. Para ello lo mejor es acumular: horas de rodaje, guiones, teasers, contactos... Lo que les venga bien en relación al área, pero siempre acumulando.

¿Cuál es el cambio más drástico que atraviesa el cine de nuestro tiempo?

Creo que el cambio más drástico en la actualidad se relaciona con una crisis del lenguaje en referencia a ciertos tópicos ya agotados, y además por un acaparamiento del mercado y de las instancias de legitimación, como festivales y premiaciones. En Iberoamérica no poseemos las cabeceras de playa, las plataformas que introducen los contenidos en los domicilios y lucran escandalosamente con ello. En Europa, pero principalmente en Estados Unidos, se manejan con un fuerte despotismo, desde su mirada política y condenatoria hacia las poblaciones del mundo (caso reciente, del film “Emilia Pérez”), tanto como en generar una forma clara de extractivismo en Latinoamérica, pagando lo mínimo por la realización de contenidos que luego son estrenados en más de sesenta países. 

¿Qué alternativa vislumbrás al respecto?

A mi juicio, una alternativa son los mercados BRICS, los cuales cuatriplican en volumen al mercado europeo y gringo. Nosotros hemos visitado, filmado y vendido en esta gran zona del mundo en forma sumamente satisfactoria. Y agregaría que hay otro espacio mucho más amplio que las plataformas y se trata de las redes sociales. Netflix, la más celebre de las plataformas tiene un caudal minúsculo de abonados comparado con el porcentaje de consumidores de la más pequeña de esas redes. En el caso de YouTube, Tik Tok o Instagram, estas monetizan en forma limitada, pero lo que resulta mucho más insignificante es lo que las plataformas proveen al cine independiente.

¿Cuáles son tus búsquedas conceptuales y estéticas respecto al film “Territorio”, a días de su estreno?

“Territorio” es un film muy entrañable para mí, ya que habla de parte de la vida reciente de mi hermano menor, quien ha sido un incondicional aportante de anécdotas reales, diálogos y matices. Este film aborda los códigos de convivencia y las creencias de los habitantes de un mundo que está en vías de extinción. Por otra parte, describe un entramado político basado en el carisma caudillista, también en la fuerza física y en los favores clientelistas. Resumiendo, es la lucha de lo analógico ante lo digital. 

La película se estrenó el 20 de marzo.

¿Cuál es el aspecto político que más te atrajo ilustrar en tu nuevo relato?

Como bien sabemos hoy, el resultado de las elecciones se dirime en oscuros conciliábulos donde humoristas o panelistas de televisión, de carácter absolutamente apátrida toman el poder en un instante atacando a las propias poblaciones y recurriendo a la estrategia de suplantar diariamente una mala noticia por otra peor, y encima ufanándose de ello; obviamente, gracias al apoyo económico transnacional y a la compra de datos. Uno de mis grandes desafíos era retratar a este mundo al que conozco muy bien de la forma más efectiva y emotiva posible.

¿En qué proyecto te encontrás trabajando actualmente? ¿Qué es lo próximo que te gustaría rodar?

En estos momentos estoy con varios proyectos, tanto en nuestro país como en el exterior. Felizmente, soy el socio gerente de tres productoras y de una distribuidora, lo que facilita el contar con un espectro más amplio; trabajamos mucho e incluso los domingos. Nos fascina esta actividad. Hay un western que escribí con un amigo de New Jersey llamado Donald Mann, con quien también escribí y coproduje el drama “Los Ojos de Van Gogh”. Me gustaría tener una agenda anual con un promedio de tres a cinco títulos para rodar, aunque hoy se complica por el gobierno de ocupación que sufrimos… pero, como bien sabemos, ellos siempre se terminan yendo y nosotros seguimos. También cuento con dos proyectos para rodar en cualquier país de habla hispana, ellos son “El Prisionero” y “Oí al Búho Decir mi Nombre”.

¿Qué opinás del sistemático ataque del gobierno de Javier Milei al INCAA? ¿Cómo te ha afectado en lo personal?

No es raro que hayan atacado al INCAA de la forma en que lo han hecho: por robo (se han confiscado los fondos concernientes a las productoras) y por censura. Isaac Newton dijo que toda incidencia de fuerzas genera una reacción proporcional, pero en sentido opuesto. Y estamos esperando ese momento en que todo absolutamente cambie. Pero hasta que llegue ese instante, y como ya se ha demostrado en otros momentos de la humanidad, la autogestión y el cooperativismo son un bálsamo ante tanta injusticia. Lo importante es que no recurramos a esas herramientas solo cuando se instala un presente político nefasto.

El último año en la vida política de nuestro país estuvo marcado por un evidente ensañamiento contra el sector cultural. Como artista y ciudadano, y de cara al futuro, ¿qué es lo que más te preocupa de esta brutal agenda de vaciamiento?

Siendo un ávido lector de la historia, me desalienta enormemente toda esta debacle general que estamos viviendo y creo, como muchos, saber los verdaderos y oscuros motivos que la han instalado, y más aún las, consecuencias trágicas que se avecinan. Justamente, no es el momento de eufemismos y lo peor es que estábamos al borde de ingresar al bloque BRICS, lo que hubiera significado un manto de protección ante Israel, Inglaterra y Estados Unidos. Nunca fui parte de la oposición y descreo y aborrezco toda forma de autoritarismo, sea woke o de extrema derecha. Me considero anarquista anacrónico y de mi parte trabajo solo para la gente. Son las propias personas a las únicas que como comunicador social les rindo cuentas. 

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Dijo el crítico de cine, David Obarrio, sobre el último film de Campusano: El “territorio” es el que disputan dos facciones políticas en la provincia de Buenos Aires: peronistas y radicales con todas las letras. Pero la política es una forma más de detentar el poder o de sobrellevar la vida. El personaje principal hace gala de un aplomo antiguo, de otra Argentina: es el centro moral de esta película formidable que puede empezar in media res, con el hijo del protagonista cuchillo en mano amenazando a su mujer. Este mundo de peleas de box en clubes de mala muerte, este desfile impenitente de caciques y sicarios es real porque se presenta sin remilgos ni miramientos: la consistencia majestuosa que se ve en la pantalla es potestad de un cineasta en plena capacidad de su talento.


author: Maximiliano Curcio

Maximiliano Curcio

Nació en la ciudad de La Plata, Argentina en 1983. Es escritor, docente y comunicador, egresado de la Escuela Superior de Cinematografía

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