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¿Sabés cómo buscan las Abuelas a sus nietos y nietas apropiadas?

La serie basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld es un éxito en distintos países y reactivó la búsqueda de nietos y nietas apropiadas durante la dictadura genocida de 1976. Desde su estreno, se sextuplicaron las consultas en Abuelas de Plaza de Mayo por dudas sobre la identidad. Entre las 300 personas que siguen siendo buscadas están los nietos o nietas del creador de El Eternauta, quien también continúa desaparecido. Giselle Tepper repasa la historia de las Abuelas y las funciones de la CONADI y el Banco Nacional de Datos Genéticos.

22 de Mayo de 2025

De buscar a dos generaciones a buscar a tres

En 1977 las Abuelas de Plaza de Mayo comenzaron a reunirse reclamando la aparición con vida de sus hijos e hijas y también de sus nietas y nietos, secuestrados con el grupo familiar o nacidos en cautiverio en alguno de los cientos de centros clandestinos que funcionaron en la Argentina. No había antecedentes para esa búsqueda: todo fue empezar a hacer. Las Abuelas empezaron buscando a dos generaciones y desde hace algunos años ya buscan a tres: a sus bisnietos y bisnietas.

Índice de abuelidad

En pleno terrorismo de Estado, las Abuelas se preguntaron “¿cómo identificar a sus nietos y nietas en ausencia de la generación de sus padres?”. Encontraron la respuesta en Estados Unidos con un grupo de científicos e investigadores que las ayudaron, entre ellos Mary-Claire King, Víctor Penchaszadeh, Eric Stover y Cristián Orrego. Así llegaron al “índice de abuelidad”: una fórmula estadística que, a partir del material genético de las personas involucradas, establece con una precisión del 99,99% de probabilidad el parentesco entre una abuela y su nieto o nieta.

Apropiar no es adoptar 

A veces se menciona como “adopción ilegal” a la apropiación y es un error. Adoptar implica hacer un trámite en el marco de la ley, con un proceso que garantiza los derechos de la persona adoptada. Apropiar, en cambio, es un delito, que consiste en anotar como hijo propio a alguien que no lo es, vulnerando el derecho a la identidad.

En el caso del Plan Sistemático de robo de bebés cometido por el terrorismo de Estado, la apropiación constituye un delito de lesa humanidad, que para haberse cometido requirió de la participación de diferentes agentes, tanto del ámbito público o estatal, como integrantes de las Fuerzas Armadas o de Seguridad, del Poder Judicial o médicos, entre otros, como también de civiles. En función de las denuncias de las familias y los testimonios de sobrevivientes, las Abuelas de Plaza de Mayo calcularon una búsqueda inicial de 500 nietos y nietas. Mientras la persona no conozca su verdad, el delito se sigue cometiendo.

Con los años, las Abuelas de Plaza de Mayo (APM) fueron modificando las estrategias y herramientas para encontrar a los nietos y nietas, en principio bebés y niños/as, luego jóvenes y ahora personas adultas. Además, fueron impulsando la creación de distintas estructuras en el Estado para garantizar la restitución de la identidad. La agrupación H.I.J.O.S. también tomó la búsqueda, interpelando a su propia generación para encontrar hermanos y hermanas.

Desde Abuelas señalan que actualmente hay dos caminos por los cuales una persona puede llegar a constatar si es hija de víctimas desaparecidas por el terrorismo de Estado: por presentación espontánea o por vía judicial.

La presentación espontánea

Cuando una persona duda sobre su identidad y se acerca a Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. o a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI), que depende de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación, es recibida para conocer su historia y los motivos de las dudas. A partir de su información y documentación, se investiga el caso.

Si la persona nació entre 1975 y 1983 y hay elementos para considerar que podría ser hija o hijo de desaparecidos en la última dictadura cívico-militar, se avanza desde la CoNaDI en la toma de una muestra de sangre con el equipo del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), donde están guardadas las muestras de las familias que buscan y de las personas que también dieron la suya a partir de las dudas sobre su identidad. Es el único lugar donde se hace esto. Es una política de Estado conseguida gracias a la lucha de las Abuelas. 

El aporte de información y la posible intervención de la Justicia

Abuelas e H.I.J.O.S. también convocan a la sociedad a que aporte información sobre posibles hijos o hijas de desaparecidos, resguardando la fuente, buscando que se rompan los pactos de silencio que todavía se mantienen en el entorno de quienes fueron apropiados.

Ante un dato firme, y con documentación que lo respalde, se abre una etapa de aproximación o acercamiento a la persona para explicarle las dudas sobre su origen y se la invita a reunirse para hablar sobre la información con la que se cuenta. Si la persona acepta, se sigue el mismo proceso que en una presentación espontánea. Pero si no acepta o no es posible contactarla, se hace una presentación ante el Poder Judicial para que se la convoque desde ahí. En la mayoría de los casos, las personas que se cree que son hijas de desaparecidos aceptan la extracción y la comparación en el BNDG. Pero algunas se niegan y, en ese caso, la Justicia está facultada por ley a ordenar recoger ADN de objetos personales que permitan realizar la comparación en el Banco. Esto se hace con una orden judicial y a través de un equipo interdisciplinario.

“El ADN no solamente se encuentra en las células de la sangre, sino en cualquier célula del individuo. Piel, uñas, hígado, riñón, cualquier célula contiene la misma información genética que la que se puede analizar a nivel sanguíneo”, cuentan en el libro institucional de APM “Las Abuelas y la genética”. Así, el ADN puede encontrarse en materiales como sábanas, ropa interior, cepillo de dientes, entre otros. “Aún así, cualquier material que se recoja en un allanamiento debe ser sometido a procedimientos rigurosos: el ADN no está suelto en una uña o en un cepillo de dientes, sino que debe ser extraído de estos objetos mediante técnicas complejas. Periódicamente las asociaciones internacionales de genética forense publican protocolos y recomendaciones para cada tipo de material”, agregan en el libro de Abuelas de Plaza de Mayo sobre el aporte de la ciencia en su búsqueda.

Las Abuelas comenzaron su búsqueda en 1977.

El entrecruzamiento genético

El Banco Nacional de Datos Genéticos está conformado por perfiles genéticos de grupos familiares que denunciaron la desaparición forzada de un niño o niña o la de una mujer embarazada durante la última dictadura cívico-militar y aportaron su muestra de sangre. Ante la ausencia de los cuerpos de la madre y/o el padre, el trabajo del BNDG consiste en acercarse lo más posible a esa información genética a través de las muestras aportadas por sus familiares para entrecruzarla con la muestra del posible hijo o hija. Cuanto más directos sean esos familiares, mayor coincidencia tendrán con el ADN de la pareja desaparecida.

El Banco también contiene el perfil genético de las personas con dudas sobre su origen que nacieron en el rango temporal de las fechas de probables partos de las mujeres secuestradas embarazadas o con la fecha de nacimiento de los niños pequeños secuestrados.

A partir del entrecruzamiento del perfil genético de la persona que se considera que puede ser hija de desaparecidos con el de los grupos familiares que buscan e integran el Banco, se puede determinar si es o no hijo o hija de personas desaparecidas. Una vez realizado el entrecruzamiento, el BNDG informa el resultado, según corresponda, a la CoNaDI y/o al Poder Judicial, para que se lo comunique a la persona analizada. Si el resultado es positivo, también las Abuelas de Plaza de Mayo son informadas y entran en contacto con la familia para comunicar la noticia del encuentro.

Como el Banco está en permanente construcción, porque se siguen sumando muestras genéticas, y los avances científicos permiten nuevos hallazgos, los perfiles de todas las personas que se analizan se almacenan para nuevas comparaciones.

El encuentro

Hasta ahora se han resuelto 139 casos. No son 139 nietos o nietas, porque no todos los embarazos llegaron a término, debido al asesinato de la madre durante su desarrollo o por la pérdida del embarazo debido a las condiciones inhumanas de cautiverio.

Cuando se logra identificar a un nieto o nieta, una vez que tanto la víctima como sus familiares fueron notificados, desde Abuelas de Plaza de Mayo se informa a la comunidad la noticia a través de una conferencia de prensa. En muchos casos, participa algún miembro de la familia o, incluso, el propio nieto o nieta, en caso de querer hacerlo. Se cuenta quiénes fueron su madre y su padre, dónde militaban, qué información hay sobre sus vidas y también sobre el momento de la desaparición forzada y el cautiverio, en caso de haberla. Todo el proceso es confidencial y desde Abuelas resguardan el nombre y apellido de apropiación del nieto o nieta para preservar su intimidad. Sólo se informan los datos de la familia biológica que lo o la buscó.

“El encuentro con la familia es de orden privado, cada restitución tiene sus momentos, su proceso y su construcción. Desde Abuelas ofrecemos la contención y el espacio para los encuentros, pero la decisión sobre la exposición, los vínculos, los tiempos y las formas es de cada nieto o nieta”, cuentan las Abuelas de Plaza de Mayo.

Si naciste entre 1975 y 1983 y tenés dudas sobre tu identidad o tenés información sobre alguien que podría ser hijo o hija de personas que fueron desaparecidas por el terrorismo de Estado, comunicate con Abuelas de Plaza de Mayo. Todos sus contactos están en www.abuelas.org.ar

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