Peronismo Homenajes

Eva Perón: del nacimiento a la eternidad

Baschetti redactó un breve perfil de quien se ganó un lugar en la historia como la Abanderada de los humildes por una gigantesca obra social y política que incluye la creación del Partido Peronista Femenino, el instrumento con el que Evita organizó a miles de mujeres en todo el país para fortalecer el gobierno de su compañero de vida y militancia, Juan Perón. Hoy se cumple 71 años de su pase a la inmortalidad.

Nacimiento y primeros años de vida

María Eva Duarte nace el 7 de mayo de 1919 frente a los campos de la tribu de Coliqueo, a poco más de 200 km. de Buenos Aires, en Los Toldos, un típico pueblo de la pampa bonaerense surgido al lado de las vías del ferrocarril.

Es la quinta hija de una unión de hecho entre Juan Duarte y Juana Ibarguren.

Él, estanciero con campos en General Viamonte y otra familia constituida en Chivilcoy. Ella, una mujer luchadora y de temple.

El 8 de enero de 1926 ocurre algo en la vida de Evita que la marcará fuertemente. Su padre ha muerto y Doña Juana quiere que sus hijos vayan al velatorio. La conyugue legal de Duarte se niega. Luego de una discusión tensa se llega a un acuerdo: un hermano del difunto intercede “por esos infelices que quieren verlo por última vez” y les permiten entonces seguir el féretro en fila india hasta el cementerio local.

Evita toma conciencia abruptamente de su condición de marginal, de hija natural en una sociedad que suele ser muy dañina con quien ostenta esa categoría.

Con el tiempo, también reconoce y asume lo difícil que es ser mujer en un pueblo que como en todos los demás, el que manda y decide es el hombre, quedando para el otro género, las tareas de la casa y la educación de los hijos. 

Otro inconveniente está dado por su condición social. Esos pueblos están gobernados por gente del partido conservador, muchas veces directamente relacionados a la oligarquía terrateniente, que miran con recelo y desprecio todo aquello que provenga del pueblo. Y si de una cosa no hay duda, es que Evita es pueblo.

Debe quedar claro entonces, que las claves del comportamiento posterior de Evita en el plano político y social, abrevan, tiene fundamento y raíces en su niñez y juventud. Convivió con el infortunio, aprendió del dolor y logró sobreponerse al mismo; a punto tal que una vez en el gobierno llegó al poder organizando a su gente: las mujeres, los trabajadores, los niños y los ancianos; también a todos los pobres y marginados, como había sido ella no mucho tiempo atrás. 

La Fundación Eva Perón

“Un hombre de acción es el que triunfa sobre los demás.

Una mujer de acción es la que triunfa para los demás”. 

Evita

Soy breve y conciso en el relato referido al segmento social, por una cuestión de espacio.

La “Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” actuó desde el 19 de junio de 1948.

Evita impulsó y controló la creación de barrios obreros. Entregó artículos de primera necesidad a familias necesitadas. Regaló juguetes a los niños más humildes y consiguió trabajo para los desocupados.

Siempre decía que “Donde hay una necesidad hay un derecho”.

La Fundación comenzó un plan de construcción de 1.000 escuelas, comedores escolares, una Ciudad Infantil y una Ciudad Estudiantil. También construyó Hogares para Ancianos desamparados.

La felicidad de los niños fue su máxima aspiración. A los logros antes mencionados sumó el Plan de Turismo Infantil y colonias de vacaciones para todos los chicos humildes.

La Fundación patrocinó los famosos campeonatos infantiles y juveniles tanto de fútbol como de otros deportes que permitió el censo sanitario de 300.000 jóvenes.      

En la referente a la salud debe mencionarse la creación de 4 policlínicos totalmente equipados y una Escuela de Enfermeras. Así mismo un tren sanitario que recorría el país llegando a las regiones más inhóspitas.

La obra social de Evita no solo asistió a la totalidad de la Argentina y buena parte de América del Sur y Central, sino que también llegó a Francia (1950. París. Barrio obrero de Montrouge) e Israel (1950. A los primeros asentamientos de colonos pobres); también a Estados Unidos (1949. Washington. A niños de raza negra).

El Partido Peronista Femenino

“Las grandes causas tienen fanáticos, sino no habría santos ni héroes. 

Será por estas banderas que la oposición percibe al Peronismo 

como una maldición para sus propios intereses”.

Eva Perón

Extraigo de un largo texto confeccionado por el Instituto Patria, con fecha 26/7/2019:

“El 26 de julio de 1949, se realizó en Buenos Aires la primera Asamblea Nacional del Partido Peronista, en la que Eva Perón anunció la creación del Partido Peronista Femenino (PPF), con una organización independiente de las ramas masculina y gremial que también integraban el Movimiento. Se trató de una experiencia inédita en el mundo.

Para conformar el nuevo partido, Evita designó veintitrés delegadas censistas, que debían ir a cada una de las provincias para sembrar el territorio nacional de Unidades Básicas Femeninas (UBF).

Evita decidió que el destino de estas mujeres no coincidiese con las provincias de las que eran originarias, para impedir que se formaran “caudillas”, y también para evitar que replicaran el peronismo masculino en el que se abrían unidades básicas en torno al liderazgo de algún dirigente en particular. Cuando las despidió, les dijo que serían las futuras líderes en sus distritos, aunque primero había que saber “cuántas somos y dónde estamos”.

Así fue que el 22 de octubre de 1949, las mujeres partieron a sus destinos con claras instrucciones: inaugurar una UBF para que funcione la sede central del PPF en la provincia, aparte del envío semanal de un informe del curso de las actividades; no podían comunicarse entre ellas para prevenir conflictos internos y tenían que localizar mujeres para ser designadas como ‘subdelegadas’, siempre con la previa aprobación personal de Eva.

Las mujeres elegidas también recibieron la indicación de no elegir como autoridades de las nuevas unidades básicas a las esposas o parientas de los gobernadores, intendentes, ministros o legisladores, para de esa manera impedir la influencia de los dirigentes varones en el PPF, quienes tenían prohibida la entrada en los locales femeninos.

(…)

Así fue que entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 1949 se abrieron 23 sedes centrales del PPF en cada provincia, y en 1951, a sólo dos años de su fundación, el PPF contaba con 3.600 UBF en todo el país.

(…)

En las elecciones de 1951, el nombre de Eva no figuró en la boleta electoral porque desistió de su candidatura a vicepresidenta, pero su foto sí apareció, justo al lado del apellido del candidato a vicepresidente Hortensio Quijano. Ella, además, como el resto de las mujeres argentinas, votó por primera vez el 11 de noviembre de ese año, pero desde la cama del hospital donde estaba internada.

En esa elección, los votos femeninos fueron más que los masculinos. Un 90 % por ciento de mujeres acudieron a las urnas, frente al 86 %  de los varones. Y por primera vez, ellas integraron las listas y resultaron elegidas. El Partido Peronista incluyó a 23 candidatas a diputadas y 6 a senadoras nacionales. En las Legislaturas provinciales también ingresaron mujeres peronistas, 58 diputadas y diecinueve senadoras. Sumadas a las legisladoras nacionales resultaron más de 100, a las que se agregaron tres delegadas de los territorios nacionales que por primera vez también tuvieron representación parlamentaria. Un total de ciento nueve legisladoras en todo el país.

La actuación de las legisladoras en el Parlamento fue formidable. A ellas se les debe la inclusión del divorcio vincular en la Ley 14.394, la reforma de la ley de culto por el que se propició la separación de la Iglesia del Estado, el Régimen de Trabajo para el Personal de Casas de Familia en la que se sustituyó el término de ‘sirvienta’ por el de ‘empleada doméstica’, con la reglamentación de horarios, funciones, sueldos y descansos. También se avanzó con la Ley de Abastecimiento y Abaratamiento de Artículos de Primera Necesidad, y las reformas a la Ley de Propiedad Intelectual.

Luego, la mayoría de estas leyes fueron derogadas por la autodenominada ‘Revolución Libertadora’ que derrocó a Perón en 1955. Las legisladoras, igual que sus compañeros varones, fueron acusadas de asociación y enriquecimiento ilícito y traición a la Patria, y terminaron en la cárcel, donde muchas de ellas permanecieron hasta que terminó la dictadura, y luego iniciarían el tiempo de la resistencia”.

De la muerte a la inmortalidad

“Evita eterna en el alma de su pueblo”.

Pintada de JP en la década del ‘70

Desde la noche del 24 de junio de 1952 en que se desplomó sobre su cama, Evita no volvió a salir de su habitación hasta el día de su deceso. La aquejaba una penosa enfermedad cancerígena.

Falleció a las 20.25 horas del sábado 26 de julio. Tenía 33 años. El país se paralizó en su conjunto. Frente a la residencia presidencial, donde había una multitud rogando por su restablecimiento, a medida de que todos se enteraban de que había muerto, las mujeres comenzaron a arrodillarse en la calle y a rezar el rosario. El llanto y la congoja invadió Buenos Aires y hasta el último rincón de la Argentina. El Gobierno declaró duelo nacional y resolvió que la bandera nacional permaneciera a media asta diez días consecutivos.      

El dolor del pueblo fue extraordinario, único. Todos querían darle el último adiós a “la Abanderada de los Humildes”, como también se la llamaba.

El velatorio de Evita en el Ministerio de Trabajo duró 16 días. En ese lapso de tiempo una interminable fila de hombres y mujeres comenzó a ocupar la Avenida de Mayo y manzanas adyacentes. Estaban decididos a soportar no menos de diez horas de cola para despedir a Evita. Cubiertos con paraguas, impermeables o simples diarios esperaban en la calle, pegándose a las paredes cuando se descargaba el aguacero.

Con el transcurrir del tiempo, el desfile se hizo incesante. Ya no se trataba de una fila sino de varias, la mayoría con un ancho de seis a siete personas, que avanzaba muy lentamente. Se calcula en un número mayor al de 2 millones de personas las que desfilaron frente al féretro. Millares de coronas y palmas llegaban al lugar y tapaban los frentes de los edificios y las calles que estaban cubiertas por las flores.

Ambulancias y enfermeras de la Fundación no daban abasto para atender a las personas que no resistían tantas horas de pie bajo la lluvia. Centenares de dolientes se desmayaban día a día vencidos por el cansancio y el sueño. Muchas mujeres y ancianos debieron ser asistidos en la misma capilla ardiente cuando presenciaban bañados en lágrimas el cadáver de Evita y se negaban a aceptar lo irreversible.

El sepelio renovó en las calles las expresiones de dolor. Una imagen fílmica recupera lo acontecido: la marcha del cortejo por Avenida de Mayo fue lenta y se necesitaron tres horas para llegar a destino. A su paso llovían flores continuamente desde los edificios y la gente no podía contener el llanto dando lugar a quejidos y expresiones de dolor permanentemente, al paso de los restos mortales.

En los barrios, los curas párrocos ofrecían misas “por el descanso del alma de Eva Perón”, primero en las iglesias y desbordadas éstas, directamente en las plazas públicas. Todos en sus casas ya tenían en altares improvisados una foto de Evita y una vela encendida.

A una semana de su muerte, el Papa Pío XII recibía una petición del sindicato de trabajadores argentinos de la alimentación, con el fin de: “iniciar inmediatamente el proceso para beatificar y canonizar a la ilustre extinta”. Buscaban su inmortalidad, pero sin saberlo aún, estaban dando el primer paso para la instalación de un mito a nivel mundial que perdura y se agiganta hasta nuestros días. 

author: Roberto Baschetti

Roberto Baschetti

Sociólogo, historiador, investigador. Autor de más de 50 libros sobre el peronismo revolucionario. Socio fundador de la editorial Jirones de mi vida.

Sigamos conectados. Recibí las notas por correo.

Suscribite a Kranear

wave

Buscador