Peronismo horizontal
8 de Junio de 2023
Por Facundo Velázquez
El Peronismo enfrenta un desafío muy importante en esta etapa de la vida institucional de la Argentina para reafirmar su propia identidad y propiciar una metodología de organización del espacio político para adaptar su funcionamiento a las nuevas demandas del pueblo argentino y del mundo en que vivimos.
Hace unas semanas, el Presidente Alberto Fernández asistió al ciclo de video-podcast “El Método Rebord”, conducido por Tomas Rebord. Allí, Fernández plantea una serie de puntos interesantes, los cuales nos parece importante retomar para discutir sobre ellos y así proponer una nueva alternativa política.
En El Método, el Presidente recuerda que desde su militancia juvenil tuvo sus diferencias con dos aspectos que históricamente definieron a la conducción política dentro del peronismo: el verticalismo y el personalismo. Además, el Presidente interpreta la famosa frase de Perón: “la organización vence al tiempo” y sostiene que “esa organización nos la debemos en el peronismo”. Avanzada la entrevista, Rebord inquiere al Presidente acerca de si “¿ves en terminar con los personalismos una ingeniería que haría más eficaz al peronismo?”, a lo que Fernández responde: “Sí, yo creo que cuanto más democracia le metamos al peronismo, mejor va a ser”. Y luego en el video reciente donde se baja de la reelección pregona “hay que darle la lapicera a los militantes”.
Frente a estas declaraciones, nos preguntamos: ¿Qué implica democratizar el peronismo? ¿A qué alude? ¿Se refiere a la conducción, a los representantes, o a las decisiones? Resultan llamativas las afirmaciones del Presidente acerca de la necesidad de “democratización” en el marco de un debate interno en el Frente de Todos para construir una alternativa política a su fracaso de reelección. Desde nuestro punto de vista, el peronismo siempre fue un movimiento político democrático porque fueron las masas populares las que han legitimado a lo largo de la historia las representaciones y las dirigencias en cada barrio, cada fábrica y cada sindicato. El peronismo siempre fue democrático porque constantemente se sometió a elecciones libres y, aún cuando fue víctima de la proscripción, mantuvo la entereza y se organizó en la resistencia.
Creemos al igual que el compañero Máximo Kirchner que:
“Siempre la lapicera la tuvieron las y los militantes. El problema hoy es que las biromes quieren escribir un nombre y el Poder Judicial saca ese nombre, que nadie se haga el vivo.”
La democratización se convalida con los votos pero el debate sobre las posibilidades y desafíos de nuestro movimiento en el futuro debe ser planteado en otros términos. Pensamos que el Presidente se vale del argumento de la democratización para ocultar el verdadero propósito de su acción política que es, en definitiva, desconocer la conducción estratégica de Cristina.
La “democratización” tan proferida y vitoreada, es impensada sin una conducción estratégica. El peronismo horizontal, si bien recupera y se nutre de experiencias colectivas asamblearias -por ejemplo, las asambleas feministas-, su cuerpo y su materia, no son asamblearios. La conducción política estratégica es alma y cuerpo del peronismo: en este sentido, la doctrina peronista, sintetizada en las banderas de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, sostiene que para lograr estos tres objetivos políticos se requiere de una conducción estratégica que ejerza el poder -entre otras cosas, impartiendo decisiones-, dotando de un sentido en la unidad de concepción y una finalidad a la acción política. Es preciso sí, que en el marco de la construcción de un peronismo horizontal, exista una conducción estratégica que facilite las condiciones subjetivas y objetivas de mecanismos que proyecten liderazgos a largo plazo, valiéndonos del famoso trasvasamiento generacional para inventar el futuro y no perder el fuego sagrado.
Vemos en la actitud del señor Presidente ciertas imprudencias. Quien ha sido - por medio de una decisión inteligente - depositario de la confianza de la conducción, traducida en el acto de ser el candidato de nuestro frente, y adquirir así la responsabilidad más grande a la que pueda aspirar un ciudadano argentino, procede de manera desleal, ingrata y contradictoria, cuando casi concluida su presidencia, reniega y desconoce la forma en la cual fue propuesto.
Dentro y fuera del movimiento hemos visto cómo han emergido en los últimos años grandes estrategas de mesas de arena, para explicarnos por qué el peronismo debe ser racional, moderado y pragmático, pero resulta que todos ellos finalmente han sido ídolos con pies de barro, sin votos, sin resultados y sin conquistas para mostrar, sometidos al escrutinio electoral y, a fin de cuentas, olvidados por la misma historia.
Por el contrario, la conducción de Cristina es legítima y democrática. Se ha ganado el derecho al ser electa dos veces presidenta y una vez vicepresidenta; también al haber luchado con inteligencia, racionalidad y pragmatismo por organizar una fuerza política capaz de derrotar al macrismo, y de mantener una cultura democrática que permita dar los debates por fuera de la violencia política y del odio, aún cuando el zeitgeist aparenta ir en dirección contraria, ya que con el intento de magnicidio a su persona parecen haberse suspendido ciertas garantías reconquistadas hace cuarenta años con la recuperación de la democracia.
Por eso, tenemos la confianza en Cristina como nuestra conductora, porque es la dirigente que encarna el espíritu del movimiento peronista. Porque ella representa los intereses de nuestro pueblo y porque el pueblo se lo reconoce en su lealtad para con ella. Cristina no sólo es una gran candidata, sino que también un gran cuadro político capaz de aportar a la construcción de un espacio político. La conducción de Cristina es un hecho ineludible, aunque la quieran matar o proscribir, porque ha demostrado ser la militante que tuvo la valentía y la osadía necesaria para gobernar los destinos de la patria con la fuerza de sus convicciones y el coraje de sus acciones.
No obstante lo cual, también creemos necesario revisar y actualizar los postulados de nuestro movimiento. En una sociedad hipermediatizada y acelerada, donde los cambios e innovaciones son constantes, tanto en términos tecnológicos, como políticos, culturales y económicos, pensar que los movimientos populares son inertes e inamovibles es recaer en el ostracismo.
Hoy vivimos una realidad mundial muy compleja, el mundo está en crisis y la crisis del mundo tiene que ver con la injusticia social producto de la mayor concentración de la riqueza de la historia, como resultado de la imposición de un proyecto neoliberal que asiste hoy a su fase anarcofinanciera más atroz. El contexto de nuestra región es el de la fractura social, producto de niveles de desigualdad extrema que ponen en jaque a la representación política. Un sinfín de movimientos ciudadanos en lucha en todo el continente rompieron el consenso neoliberal de las últimas tres décadas, con una demanda clara de justicia social, redistribución de la riqueza y democratización del poder.
Dios es digital
Los tiempos del capitalismo son los de una carrera por la “singularidad tecnológica”. Los fenómenos de vigilancia son indisociables de las formas del capital. En la singularidad tecnológica, proliferan los discursos de un futuro en el cual la inteligencia artificial podría ser más potente que las relaciones humanas o inter- especies. La fetichización de la singularidad tecnológica, la proliferación de políticas neuro-pseudo-científicas y la exaltación de una economía financiera abstracta conllevan, paradójicamente, una vuelta de tuerca que es la proliferación de las teorías conspirativas, las fakenews, el terraplanismo político, los movimientos antivacunas y un sinfín de expresiones. La lógica cultural del capitalismo de registro prolifera en imágenes de un mundo controlado por la Todopoderoso tecnológico, pero vaciado de emociones y profundamente desigual. La supuesta “explosión de la inteligencia artificial” es un discurso que no expresa una real alternativa al colapso planetario, sino más bien una continuidad de la modernidad en clave oscurantista.
El gran matón de la internet con su sistema de propaganda mundial construye la narrativa de la inteligencia artificial como el todopoderoso tecnológico. Nos quieren convencer de que la cura a los problemas del mundo y a los errores humanos, es más tecnología. Pero la tecnología no es otra cosa que una materialización de la ideología. Por lo tanto, podemos ver que detrás de estos discursos existe una pretensión de dominación impersonal – el hacer desde ningún lugar permite actuar sobre alguien sin reciprocidad. Por eso, los cuidados no tienen lugar en aquella narrativa.
“Esta cuestión del pensar debe ser aplicada en pos de una nueva historia mundial. Pero quizás deberíamos otorgarle al pensamiento una tarea opuesta a la que se le asignó la filosofía de la ilustración: fragmentar el mundo según la diferencia, en vez de universalizar por medio de lo igual; inducir lo igual a través de la diferencia, en vez de deducir la diferencia a partir de lo igual. Un nuevo pensamiento histórico tiene que surgir de cara al colapso del mundo”, sostiene YUK HUI.
El peronismo horizontal como respuesta a la fragmentación política, para nosotros, significa disponer de una plataforma de participación ciudadana. Una propuesta superadora a la fragmentación social debe necesariamente ser una continuidad histórica. Tenemos en la memoria reciente del 2003 al 2015 un proyecto político capaz de construir una propuesta nacional para el conjunto de la sociedad y, al mismo tiempo, la capacidad política de actuar sobre la coyuntura, de intervenir y transformar la realidad.
Bregamos por un peronismo horizontal que amplíe y logre incorporar a la organización del movimiento nuevos sectores, nuevas luchas, nuevas consignas, nuevas formas de organización y nuevas mayorías. El peronismo horizontal se construye pensando en la ampliación de demandas sociales. En el siglo XXI no existe un único relato emancipador, ese movimiento único totalizante, un solo sujeto revolucionario. La recreación doctrinaria del peronismo, pensada desde este punto de vista, también reside en ampliar conteniendo en sí más demandas populares y buscando la construcción del universal a partir de la particularidad de cada relato y lucha emancipadora. Queremos construir un movimiento que constituya su potencia desde las diferencias, de la periferia hacia el centro y apueste a seguir con el problema, que administre el conflicto y que encuentre síntesis superadoras del nuevo tiempo.
El peronismo horizontal será una recreación doctrinaria capaz de crear una plataforma de organización ciudadana que tenga como centro los colectivos sociales: la familia, los trabajadores y sus sindicatos, las PYMES, las cooperativas, los feminismos, el colectivo LGTBIQ+, las causas del Abya Yala, los movimientos populares ambientalistas y todas aquellas expresiones colectivas que constituyan una experiencia de resistencia y organización, contribuirán a la importante construcción e inducción del igual a partir de cada diferencia.
Esto significa que la democratización dentro del peronismo la pensamos integralmente por la organización popular. La interpretación y la producción de formas de militancia y de políticas en el marco de estos ámbitos tiene que ser un correlato de la revitalización de la movilización popular callejera para el peronismo. No solamente a través de campañas de comunicación, sino mediante estrategias enlazadas de gobernanza territorial-local y de militancias analógicas y digitales.
La nueva vieja derecha, a la vez, nos propone un futuro próspero si somos capaces de soportar el dolor del presente. Una vez más nos traen las mismas recetas de hambre, miseria y dolor, en pos de un futuro mejor. El partido dominante, ese complejo de intereses intuyó que había que volver al origen de la palabra partido y actuar como un órgano ideológico superior a los partidos tradicionales. Su composición atípica dentro de la tradición política y sus relaciones de mando y ejecución están integradas por nodos de relación horizontal, cuya idea común es la concentración de la riqueza y la destrucción del estado social. Sus integrantes son los oligopolios mediáticos y tecnológicos, fracciones de partidos tradicionales, liderazgos de los “grandes” empresarios, el Partido Judicial, think thanks, grupos religiosos fundamentalistas y los grandes fondos de inversión de capitales financieros.
Ese bloque de poder promueve un reformismo neo reaccionario en relación al trabajo, al sistema impositivo y una fuerte concentración de la riqueza.Si pensamos en el poder del mundo podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el poder político institucional se ve disminuido ante este bloque de poder. Poderes que no estaban cuando se diseñó esta arquitectura institucional de un gobierno organizado en un poder ejecutivo, un poder legislativo y un poder judicial. Ese mundo en el que fue pensada y diseñada esta arquitectura institucional ha cambiado, no existían ni la internet, ni los celulares, ni los organismos multilaterales de crédito, ni las redes sociales.
Estas tecnologías no pueden escapar a la idea original para la que fueron creadas y esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de pensar de que manera diseñamos una nueva organización institucional que regule y organice las vida de nuestras sociedades en este mundo. ¿Qué es la internet? ¿Para que fue creada? ¿Y los celulares? ¿Y las redes sociales?
La internet es un sistema de comunicación creada por el departamento de defensa de los Estados Unidos. Una red que debía cumplir dos principios básicos interoperabilidad y resilencia. Traducido al castellano quiere decir realizar comunicaciones entre aparatos con lenguajes distintos y que la red no se caiga si un nodo de la red es destruido por una bomba.
Lo que queremos marcar es que la internet no fue pensada para que sea segura, ni privada, ni neutral. Estuvo pensada para desregular las comunicaciones y como sabemos lo que no regulan algunos, lo regulan otros. Y más aún, la internet va de la mano del programa político neoliberal, funcionan perfectamente en tándem desregulación y precarización del trabajo. Las plataformas son un ejemplo claro de esto: UBER – la empresa de taxis más grande del mundo y no tiene un solo auto. NETFLIX – la empresa audiovisual más grande del mundo y no tiene un solo cine. RAPPI – la empresa de delivery más grande del mundo y no tiene una sola moto. Y ni hablar si pensamos como se gobierna la internet. Spoiler, básicamente el que tiene mas plata pone las reglas.
Las redes sociales han transformado la forma en que interactuamos y nos relacionamos, fueron creadas basadas en la teoría social de la sociometría de Jacob Moreno.BásicamenteMoreno creía que la unidad básica social de las sociedades es el individuo y éste articulado en una matriz de preferencias, que representa las elecciones de los individuos en relación a los demás. Luego crea un diagrama que muestra las conexiones entre los miembros, en el sociograma, cada individuo se representa como un punto de la red, y las relaciones sociales entre ellos se representan mediante líneas. Esta es una visón muy problemática y limitada de las relaciones sociales que claramente son más complejas y nutridas que esto.
Es necesario y urgente pensar una regulación de estas tecnologías de carácter internacional y multilateral, estamos llegando tarde.
¿Quién está dispuesto a pelear? ¿Quién va a reclamar?
Escuchamos a dirigentes de la oposición una y otra vez repetir casi como un slogan que el futuro de desarrollo de la Argentina debe basarse en el conocimiento y la tecnología, pero uno se pregunta ¿cómo pretenden generar ese desarrollo? ¿con que recursos van a invertir en conocimiento y tecnología? Los mismos que reclaman investigación y desarrollo, son los mismos que en el 2019 que redujeron un 28% la inversión en I+D respecto de 2015. Los mismos que proponen el futuro de la tecnología, son los mismos que cuando fueron gobierno interrumpieron el Programa Conectar Igualdad que le permitía el acceso a la tecnología a los pibes y a las pibas. Uno quiere debatir seriamente estos temas pero debemos hablar con datos concretos y soluciones reales.
El presupuesto de ciencia y tecnología de Argentina es del 0.31% del PBI. En valor absoluto esto significa cerca de 1500 millones de USD este año. La inversión en i+d es del 0,6% (publicó y privado) esto significa cerca de 3000 millones de USD este año. Este es un monto comparable con los presupuestos anuales de instituciones individuales de países desarrollados:
El informe indica que para una inversión en I+D tenga impacto en la economía, debe ser sostenida en el tiempo. Sobre los tiempos del impacto indica tres maneras distintas:
1) Aplicación de tecnologías existentes. Llevar al mercado un nuevo producto o proceso usando tecnologías ya existentes demora típicamente entre 1 y 7 años
2) Innovación tecnológica fruto de investigación aplicada. La generación de un producto o proceso (agro) industrial hasta ahora inexistente, usando como base una nueva tecnología o una combinación novedosa de tecnologías, es un desarrollo que puede tomar entre 5 y 30 años.
3) Revolución tecnológica. Las verdaderas revoluciones tecnológicas se basan en descubrimientos fruto de la investigación científica básica. Que cambia de manera cualitativa la calidad de vida de toda la humanidad. Entre el descubrimiento científico original y las aplicaciones tecnológicas comerciales pueden transcurrir entre 20 y 120 años.
Para proyectar la Argentina en el contexto mundial y ponerla al nivel de los países desarrollados en materia de ciencia y tecnología se necesitan recursos. El informe plantea que es necesario un incremento gradual y sostenido del presupuesto en ciencia y tecnología de alrededor de 1000 millones de USD al año.
¿Cómo podemos lograr este objetivo con el nivel de reservas que tenemos?¿es compatible este objetivo con el acuerdo logrado con el FMI? ¿qué futuro de desarrollo, conocimiento y tecnología podemos tener en un contexto de estas características? Si no nos ponemos de acuerdo ahora perderemos la oportunidad histórica de insertar a la argentina en el mundo de manera inteligente.
Imaginación política
El sistema actual no tiene la capacidad de ofrecer una alternativa a su crisis. Sin embargo, la movilización popular aún ofrece imágenes de un mundo por venir en el cual la cooperación, el cuidado, son claves de una imaginación política de un futuro no-apocalíptico.
Las complejidades, las contradicciones y las diferencias tienen que ser nuestro motor de cambio. En un escenario gobernado por la incertidumbre y el miedo al futuro que nos dejan la pandemia y la guerra, debemos pensar cómo volver a reunir una mayoría frente a la fragmentación de la política, cómo incorporarnos a las nuevas juventudes que se encuentran desperdigadas en la virtualidad, y cómo generar nuevos formatos que se adecuen a las nuevas necesidades del mundo.
Ante las posturas colapsistas y el auge de las culturas de la crueldad y del fin del futuro, la organización colectiva es la única herramienta con la que podemos recuperar la imaginación política y darnos a la tarea de la construcción de un país por venir solidario e integrado a su región.
Tenemos que girar la tendencia posibilista del “no se puede”, para dar una demostración de conciencia y coraje para enfrentar el problema de la deuda externa. La estrategia debe ser demostrarles a los organismos multilaterales de crédito que nuestro país puede funcionar por si solo.
Para preservar la democracia ante el avance de la extrema derecha lo primero que debemos hacer es cumplir con los programas electorales. No podremos detener este avance si cuando los ciudadanos depositan los deseos, los sueños y las aspiraciones de un pueblo en sus representantes y estos cuando llegan al gobierno se olvidan de lo que prometieron. Los peronistas no prometemos, hacemos, si los gobiernos populares dejan sus convicciones en la puerta entrada de la casa rosada o no son capaces de construir y convocar al pueblo a dar las peleas necesarias para transformar la realidad de todos y todas, no podremos detener el avance del miedo, la desesperación y la bronca.
Necesitamos romper con el oscurantismo político, económico, y tecnológico. Biodiversidad, tecnodiversidad y peronismo horizontal como respuesta a la fragmentación, a la universalización técnica dominante y a la crisis climática. Re articular, apropiarse y reapropiarse de las tecnologías modernas dándole nuevas direcciones y nuevas referencias.
Debemos recuperar la potencialidad de la esperanza y el orgullo del ser nacional. Necesitamos construir una sociedad más justa, con mayor empatía y que tenga en cuenta los desafíos del porvenir, donde las dirigencias se hagan cargo, con aciertos y con errores, de tomar las decisiones conducentes para hacer efectivas las demandas del pueblo y la patria. Y si la dirigencia no camina, ahí estaremos los militantes para empujar.
Convocamos a todxs aquellos que sientan la necesidad de una transformación y una renovación dentro del movimiento a seguir caminando.
Tenemos el deseo de transformar y nada ni nadie lo podrá disciplinar.
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